Hiperfrecuentadores en AP

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Alrededor del 25 ciento de los pacientes que acuden a Atención Praria son considerados ‘hiperfrecuentadores' ya que acuden más de 10 veces al año a la consulta sin un motivo aparente. El perfil de este tipo de personas es mujer de 50 años que vive en pareja.  

Las consultas de Atención praria se colapsan en muchas ocasiones que algunos de los pacientes que acuden lo hacen sin tener una necesidad real de que les atienda un profesional sanitario. Sin embargo, los llamados hiperfrecuentadores que representan entre el 20 y el 25 ciento de los pacientes de Atención Praria y entre el 5 y el 10 ciento del total muestran un gran sufriento y sienten la necesidad de que sus síntomas sean validados un médico.

Aunque el perfil de este tipo de pacientes es variado, se puede concluir que entre el 2025 ciento de los que acuden a Atención Praria lo hacen síntomas somáticos. El rigen de estos síntomas es diverso, pero generalmente estos enfermos manifiestan el estrés antes acontecientos adversos a través de síntomas físicos. En general, estos pacientes consumen como media entre 8 y 10 veces más recursos sanitarios que el resto.

En este sentido, la situación más habitual es la de un paciente que se queja siempre del mismo dolor y al que, a pesar de hacérsele muchas pruebas, nunca se le llega a diagnosticar una dolencia orgánica. Los expertos aseguran que, para ser considerado somatizador, se debe padecer un míno de cuatro síntomas dolorosos, relacionados con cuatro sistemas diferentes.

Así, según el doctor de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, Javier García Campayo, los somatizadores son personas que ‘tienen enfermedades psiquiátricas, principalmente ansiedad y depresión', pero que se muestran en forma de síntomas físicos. Por este motivo, el paciente está convencido de que tiene una enfermedad física y demanda pruebas complementarias para hacer desaparecer sus síntomas.

Dentro de los somatizadores existen otros grupos como los hipocondríacos, que muestran un miedo y preocupación exagerada ante la posibilidad de desarrollar una enfermedad grave y que solicitan pruebas y exploraciones. Su incidencia en Atención praria es del 2 ciento. También hay pacientes que se quejan de un dolor intenso que no puede explicarse completamente un proceso psicológico o somático calificado como trastorno dolor somatomorfo y otros que presentan síntomas físicos pseudoneurológicos, trastorno conversión, que se traducen en parálisis, ceguera y confusión.

El uso continuo de los servicios sanitarios parte de estos pacientes supone un gasto considerable para el Sistema Nacional de Salud debido a la solicitud de pruebas complementarias y al consumo del tiempo de los facultativos. En este sentido, García aseguró que según algunos estudios realizados en países como Estados Unidos y Gran Bretaña los hiperfrecuentadores suponen el ‘10 ciento del gasto sanitario total de un país desarrollado'.

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