Parejas: entre el despido interior y la ruptura

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No me gusta nada lo que está pasando. Unos que se agarran al protocolo y otros que no saben dónde están. El concepto de la tolerancia adjetiva muchos deseos y situaciones en las que los alardes verbales transmiten actitudes democráticas. La realidad demuestra lo contrario y aquí todo el mundo quiere que las cosas sean perfectas. Tolerancia es el respeto a las ideas, a las creencias, a las prácticas de los demás sobre todo cuando son diferentes a las propias. Es la diferencia consentida, el margen entre lo que somos y lo que son o quieren ser los demás. Los que más critican precisamente son los que están más perdidos. Porque los que viven la pérdida no tienen, de momento, la consistencia que te da el objetivo común, el proyecto, y sobre todo, la liberación que prociona saber quien eres y a donde vas. Muchas personas padecen hoy más que nunca el concepto de ‘despido interior'. Porque cuando se viven procesos de vivencias negativas se produce una situación en la que hay una gran diferencia entre las expectativas previas y la realidad. Ese espacio anímico es tan grande que genera acumulación de dolor y decepción tan insotables que sólo dan lugar a dos salidas vitales, la resignación, el pataleo o la crisis, el drama. Así que tranquilos, tolerancia para unos y a la búsqueda de la identidad para otros. De lo contrario, como empiece a funcionar el ‘despido interior', se van a bajar del carro unos y otros corren el peligro de tardar mucho tiempo en saber quienes son.

Acudo raudo y veloz ahora, al esperado libro de mi admirada Lucía Sutil, un trabajo delicado, profundo, riguroso y serio de esta doctora en Psicología y especialista en la clínica de esa disciplina, enamorada de su trabajo tanto como de los seres humanos que la rodean, sean pacientes, amigos o gentes inquietas.

La conocí cuando elaboró de manera poliédrica ‘cinco tipos de mujer' adentradas en patología. Ahora pone el termómetro de su sabiduría donde más nos duele, el proceloso territorio de la pareja y lo hace en el análisis del profundo y silencioso mundo del ‘despido interior'.

En el caso de Eduardo Lázaro, también psicólogo, ata su variada experiencia profesional al campo de la relación de pareja con una perspectiva eminentemente práctica.

Espero que sus conocientos les reconforten tanto como lo han hecho conmigo en el devenir de nuestras relaciones de comunicación y permítanme que les indique la últa información que llegó a mi despacho sobre la relación entre la salud y la pareja. Dice así: las mujeres que tienen un matronio conflictivo son más propensas que sus esposos a sufrir depresión, hipertensión y obesidad, todos ellos factores de riesgo para las enfermedades coronarias, la embolia y la diabetes. Así lo afirman psicólogos de la universidad estadounidense de Utah en un estudio que será presentado el jueves en Chicago durante la reunión anual de la Sociedad Psicosomática Americana.

El mismo estudio observó que los hombres en esta situación también tienden a estar depridos, aunque a diferencia de las mujeres no tienen un riesgo mayor de padecer el llamado ‘síndrome metabólico' que se caracteriza hipertensión, obesidad en la cintura, altos niveles de azúcar y triglicéridos y bajos niveles de HDL, conocido como el ‘colesterol bueno'.

La diferencia entre géneros es tante que las enfermedades coronarias son la principal causa de muerte en mujeres y hombres y aún tenemos mucho que aprender sobre cómo las relaciones y la angustia emocional influyen en el corazón, señala Nancy Henry, autora principal del estudio. Y sabíamos que las mujeres son más sensibles que los hombres a los problemas en una relación afectiva, pero los resultados de este estudio sugieren que esos problemas pueden afectar a su salud.

Los investigadores partieron de la hipótesis de una asociación entre desavenencias en el matronio y niveles más elevados de síndrome metabólico y vieron que ‘esto era cierto para las esposas, pero no para los maridos'.

El profesor de psicología T Smith, otro de los autores del experento, subrayó que éste es sólo un ‘test prelinar' dentro de un estudio más amplio sobre el papel de las relaciones sententales en las enfermedades coronarias. Pero parece ser que es un poco prematuro decir que la mujer reduciría el riesgo de padecer una enfermedad del corazón si mejoran la calidad de su matronio o dejan a sus maridos. El asunto tiene enjundia y se presta a frivolidades lo que lo dejo en esta referencia para que usted cuide sus relaciones. Pregúntese todos los días: ¿Qué he hecho hoy para tener buenas relaciones? Y como en mi caso llevo muchos años en este empeño y no acabo de aprender espero y deseo que Lucía y Eduardo nos lleven el camino de la armonía vital. Y de la pareja, claro. Seguro.

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