Se prepara una guerra de periódicos y libros electrónicos, con el lanzamiento de varios terminales más fáciles de manejar, y que se comercializarán mediante nuevos modelos de negocio. El grupo estadounidense de comunicación Hearst está a punto de lanzar un lector electrónico de periódicos y revistas. Hearst es editor de Marie Claire, Cosmopolitan, Esquire y San Francisco Chronicle, entre otras publicaciones, y ahora quiere dar el salto al mundo de los libros electrónicos con un terminal propio. La decisión es llamativa, teniendo en cuenta el escaso éxito de este tipo de dispositivos, que ya llevan varios años en el mercado, y se mantienen de forma minoritaria. Sin embargo, el lector de Hearst introducirá algunas novedades para adaptarlo al formato de la prensa. Su pantalla será de casi un folio, mayor a la de los vendidos en el mercado que no pasan de seis pulgadas. Se conectará de forma inalámbrica a Intet, y será semirrígido con la posibilidad de plegarse, silar a la propuesta de Plastic Logic, que también sumará el color.
A pesar de tales ventajas, su éxito podría radicar en el modelo de negocio escogido Hearst, basado en la comercialización del dispositivo a través de varias editoriales de prensa, con las que irá a comisión cada ejemplar vendido a través del terminal. Las editoriales venderán el terminal a sus lectores para que reciban en él sus periódicos y revistas habituales, y estudian los detalles de la comercialización del terminal que habrá un amplio abanico de ofertas en el mercado.
Mientras tanto, Amazon lanza su aplicación de libro electrónico Kindle para el iPhone. Los libros Kindle de Amazon para el iPhone solo se podrán comprar en el tal iTunes de Estados Unidos, y su máxa novedad es que permite seguir un libro en la hoja en donde lo dejamos de leer en otra pantalla, como pueda ser la del ordenador. He leído en prensa estadounidense que la oferta está "arrasando", y se han realizado un millón de descargas de aplicaciones concretas. Los Kindle para el iPhone suman características para adaptarse a una pantalla más pequeña, como la posibilidad de ampliar el tamaño del texto. Los teléfonos de Google, o sea los que incoren el sistema operativo Android desarrollado el buscador, también incorarán aplicaciones para libros virtuales. Aquí se habla del Sony Reader que llegaría a estos teléfonos gracias a Google Book Search. La nueva versión de Kindle para el iPhone costará 359 dólares, y la de Sony se venderá 269 dólares. Por otra parte, un analista declaraba en una publicación que estas aplicaciones para smartphones servirán para ampliar la audiencia de los libros, que su lectura será incómoda y borrosa.
Tras leer todo esto, recuerdo que Julio Linares, consejero delegado de Telefónica, decía que no dejaba de sorprenderse ante las cosas que la gente realizaba con las nuevas tecnologías y los móviles. En las webs de gadgets se habla de estas aplicaciones para leer libros en smartphones, como si hubieran descubierto el huevo de Colón. ¿Me van a decir que con la reconversión que está sufriendo la prensa, en parte debida a la preponderancia del audiovisual sobre la letra y a que los jóvenes no pagan leer periódicos, van a desembolsar 300 euros leer en una pantalla enana los libros que eluden en papel? ¿Y para esto estamos haciendo periódicos que parecen el Tbo, que tienen más fotos que texto? Mi sorpresa se ha elevado a la enésa potencia.
SUSANA BLÁZQUEZ
PERIODISTA