El decano de Internet en su XIII Aniversario

eulogiolopez.jpg
Publicidad

Trece años en Intet puede parecer una eternidad y más para la prensa digital y sus medios nativos que prácticamente no existían allá el año 1996. Pero hay medios que lo intentaron valientemente y sobrevivieron. En el déco tercer aniversario de HISPANIDAD, publicamos el editorial de su Director, Eulogio López. Enhorabuena al decano de la prensa de Intet.


Hispanidad cumple 13 años… sin prestigio de marca: Laus Deo

El destino no es cómico, ni trágico, el destino es una tontería, que no existe, pero a la Providencia juega con los hombres y, quizás ello, para felicitarnos nuestro cumpleaños tengo claro que no han podido hacerlo ninguna otra razón, nos ha querido gastar un broma. Tres prohombres del periodismo, pura coincidencia las casualidades no existen, eso son cosas del destino, pero las coincidencias sí se han referido al periodismo intetero con la misma expresión: "prestigio de marca". Los tres coinciden en que lo tante en el periodismo electrónico es el prestigio de marca. Esos tres grandísos prohombres, a los que tanto admiro, son el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, el director de El Mundo, Pedro José Ramírez, y el director de ABC, Ángel Expósito. Ante tamaños argumentos de autoridad, supongo que no hay nada más que hablar: la clave del periodismo electrónico radica en el… prestigio de marca.

Los tres están convencidos, claro está, de que la prensapapel ha muerto, como producto perteneciente al fenecido siglo XX, pero al nuevo periodismo, el de Intet, le falta categoría, le falta rigor, le falta clase, lo que necesita… prestigio de marca, como creo haber dicho antes. Necesita, si algún despistado aún no lo ha cogido, llamarse elpais.es elmundo.es o incluso abc.es, pues hablamos de tres amantes del pluralismo.

Recuerden lo que algunos olvidan. La época de las conspiraciones ya pasó, ahora vivos la era de los consensos, no menos peligrosa que la anterior. No piensan en oscuras camarillas proyectando planes tortuosos en oscuras covachas. No, los planes homicidas, o liberticidas, se realizan ahora a plena luz del sol, y los directores del consenso escriben sus barbaridades negro sobre blanco. El objetivo es precisamente ése. Por tanto, Cebrián, Ramírez y Expósito no se han puesto de acuerdo que sí. Splemente defienden un interés común, que constituye el interés más peligroso para el resto de los mortales, para la generalidad.

Nuestro trío sólo pretende mantener el actual oligopolio de la información, en prensa, radio y TV, del que disfrutan junto a pocos miembros más desde hace décadas y que ven cómo se les está escurriendo entre las manos. Quieren, splemente, reeditar dicho oligopolio en Intet el método de ignorar a la prensa independiente de la Red. ¿Acaso que la WWW les está quitando dinero o poder? No, les está arrebatando algo mucho más valioso que el poder y el dinero: la influencia. De hecho, ha sido la prensa gratuita las que les arrebató el dinero, pero ahora mismo, la gratuita ha pasado a integrarse en el Sistema. Lógico, movía demasiado dinero como para quedarse fuera. La prensa de Intet, contra, es una colección de pymes. Hispanidad, decir algo, son 4 redactores en 25 metros cuadrados. Por eso, Cebrián y Ramírez, los más conspicuos representantes del oligopolio en España, no les sotan.

Y así, otra broma de la Providencia, acaba de constituirse la patronal que integra a las divisiones digitales de los grandes diarios. No falta nadie, todo el oligopolio está ahí: El Pais, el Mundo, ABC, La Razón, Zeta, Godó. Se odian pero saben que van a morir juntos, y eso les molesta un tanto.

Frente a ellos se alza una patronal de prensa exclusivamente electrónica ajena a los grandes grupos multedia. Tienen mérito, que sus estructuras empresariales son muy pequeñas, pero en algo se parecen a los miembros del oligopolio: también ellos practican el periodismo objetivista, que consiste en confundir el rigor con la verdad. De todas maneras, esta prensa digital independiente resulta loable, que no está corrompida el poder la tautológica razón de que tiene menos poder.

Por últo, en tercer lugar, estamos los confidenciales, odiados los preros y despreciados los segundos, que disfrutamos de un nivel de libertad no total, ciertamente, pero que triplica a los segundos y decuplica a los preros. Cometemos bastantes atentados contra el rigor, pero pocos contra la verdad. No pretendemos ser objetivos, es más, huos de ello como de la peste, pero no renunciamos a la honradez ni, supuesto, a la verdad. Tomamos partido, todos los días, pero no escondemos quién lo tomamos.

Porque, en pocas palabras, hemos abandonado la objetividad y practicamos un periodismo explicativo, menos formalista que el de la prensa independiente y es infinitamente menos pedante e hipócrita que el periodismo del oligopolio. No engañamos a nadie, que todo el mundo sabe nuestros apellidos y que el papel de notarios de la actualidad nos parece una auténtica cursilada y en lugar de notificarla preferos explicarla. Las más de las veces sin mucho éxito, todo hay que decirlo.

Y hasta aquí, conste en acta, estoy hablando de la sociedad que lee, la culta, la menos manipulable (creo). Es decir, hablo del público que se informa la prensa o la WWW, que en ambas pera el lenguaje escrito. Si nos referos al público televisivo, a la sociedad que no lee sino sólo ve, entonces mejor no hablar. La tele se ha convertido en un lupanar con entradas rebajadas para necios y donde la cumbre de la inteligencia y la ironía es el gran Wyoming. O sea, comer con los dedos.

El oligopolio va a morir. El periodismo de Intet que le ita no, pero deberá adecuarse al nuevo lenguaje. Porque la revolución del nuevo periodismo no radica en el sote tecnológico sino en el lenguaje. No se trata de cambiar el papel la pantalla sino el lenguaje objetivo el explicativo, el que practicamos los confidenciales.

Por eso, el futuro del periodismo está en los denostados confidenciales y en el enterramiento definitivo de la objetividad, que no es otra cosa que la máscara de la mentira, historia viva del periodismo de los últos cincuenta años, justo hasta la aparición de Intet. El objetivismo es, también, la historia viva del pensamiento débil, es decir, de la hipocresía.

¿Y saben lo más gracioso de todo? Que los confidenciales somos un hito más en el camino, que allá al fondo, lo que de verdad influye, la estrella de la sociedad de la información, más cada día que pasa, no es ni el oligopolio del pasado ni la prensa electrónica ni los confidenciales, sino el blog. Los blogueros son, para bien y para mal, los que mueven el mundo, los verdaderamente influyentes, los nuevos reyes de la sociedad de la información.

El presidente Barack Obama, al que Intet ayudó en su camino hacia la Casa Blanca, asegura ahora que no lee blogs que les falta rigor. Lo suyo, afirma, es la prensa. Es lógico, al poder nunca le gustarán ni los confidenciales de cuatro locos como el abajofirmante ni las bitácoras del periodismo ciudadano que no puede controlarlos.

Es el periodismo ciudadano, con su extraordinaria falta de rigor y con toda su explosión de libertad y de verdad quien marcará la pauta más pronto que tarde. El bloguero tiene filias y fobias, claro, pero no intereses creados. Por eso, sus afirmaciones son más verdaderas, más sinceras y más ciertas que las de Cebrián o Ramírez. Y lo que digo sobre la verdad es aplicable a la moral. Anuncio, con Chesterton: "¿Moral? Consultad al pueblo.

¡Ojo!, no al pueblo manipulado y aborregado que disfruta de un minuto de gloria en la telvisión y al que, cuando le ponen una cámara en los ojos y un micrófono en la boca expele, inequívocamente, una sandez de la que se avergonzaría en su casa. Hablo del pueblo al que no pagan informar y, ello, informa mejor que nadie, de forma interactiva y sin miedo a perder su empleo.

Porque, habrá que insistir, el cambio informativo no viene marcado la tecnología, sino la filosofía. Como siempre en la historia, la tecnología no cambia la sociedad, sólo pone modas. Es la filosofía, o el lenguaje, que es su instrumento quien provoca los vuelcos. Entonces, ¿no ha sido Intet la que ha acabado con el oligopolio? Sí, que permitió a 'pringaos' como yo, sin un euro en el bolsillo, tutear a los Polanco. A través de la WWW, y mérito de la red, no el mio, Cebrián y yo nos dirigos al mismo público potencial: a la humanidad entera. La única diferencia entre ambos es que el capital social de Hispanidad son 3.000 euros mientras Prisa debe 6.000 millones a la banca. Si vienen mal dadas, Hispanidad sobrevivirá pasando de 25 metros cuadrados a 12. Si a PRISA le vienen mal dadas, también seguirá adelante pero según el viejo proverbio español: De de qué acusas y te diré tus miserias. Cebrián y Ramírez nos acusan a los confidenciales de chantajear a las empresas publicitarias. Sin embargo, el consejero delegado de Cebrián blasona ahora todo Madrid de que no hay banco con redaños suficientes para embargar a El País o a la SER. O sea, que se verán obligados a condonarle parte de ese dineral.

Como muestra de poderío acaba de convertir una polémica idiota sobre espionaje donde no se sabe quién espía a quién ni para qué y unos trajes de Milano en el eje de la política española.

En definitiva, Cebrián como Ramírez, chantajean a los grandes, a los grandes bancos y a los gobiernos, bajo el mandamiento prero de toda sociedad mafiosa: o pasáis el aro me concedéis una licencia de TV, me condonáis una deuda, me dais publicidad o ya sabéis lo que os espera. Cuando pronuncian conferencias, o participan en curso de verano, Cebrián y Ramírez califican a esta figura como… prestigio de marca.

Fundé Intet que no tenía trabajo pero ahora no me movería de este paraíso de libertad nada del mundo. El secreto estriba en el Síndrome de Peter Pan: ser chico y renunciar a ser grande, renunciar al poder, que no a la influencia, ese ente posible de medir pero plausible, casi tangible.

A la postre, Intet es un oasis de libertad y el sote idóneo, casi único, para difundir ideas políticamente incorrectas ¿Y qué es lo más políticamente incorrecto que existe en el siglo XXI? Defender a Cristo y a su Iglesia.

Cada noche rezo para que Hispanidad no posea, nunca jamás, prestigio de marca.


Eulogio López

eulogio@hispanidad.com


Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil