Los pacientes con hipercolesterolemia están mal controlados

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Más del 50 ciento de la población española padece hipercolesterolemia pero, aunque el 75 ciento tiene tratamiento sólo un pequeño centaje está bien controlado, debido principalmente a la deficiente atención de los médicos de Atención Praria, y en parte a la falta de cumpliento de los tratamientos recomendados los doctores, según ha señalado la Sociedad Española de Médicos de Atención Praria (SEMERGEN), que ha presentado el documento 'Semergen.Doc de Dislipemias' dirigido a estos profesionales.  

El manual, que se actualizará cada dos años ha sido elaborado el Grupo de Trabajo de lípidos de la Sociedad Española de Médicos de Atención Praria de Semergen. En las cerca de 100 páginas, se definen las displemias, y se explica qué son un factor de riesgo cardiovascular; cómo diagnosticarlas; su manejo integral; actividades preventivas; tratamiento o las dislipemias en situaciones especiales.

En este sentido, uno de los autores del manual, Javier García Norro, afirmó que actualmente hay una ‘excesiva información' en torno a esta patología que incluso en ocasiones es ‘contradictoria', lo que llega a confundir a los pacientes. Ante esta sobreabundancia de datos, se presenta la guía para aclarar las características y el tratamiento de esta patología a los médicos, con el objetivo de que puedan transmitírselo correctamente a los enfermos.

Asismo, el coordinador del Grupo de Trabajo de Lípidos de la SEMERGEN, Ángel Díaz Rodríguez, calificó este documento, que incluye un CD interactivo para usarlo en actividades docentes, como una ‘herramienta práctica' para resolver las principales cuestiones planteadas a los médicos en la práctica diaria. De este modo se convierte, según el doctor, en ‘un instrumento de formación continuada' que sirve además de referencia.

Dentro de las displemias, la más frecuente debido a su trascendencia es la hipercolesterolemia, que afecta a entre el 50 y el 69 ciento de la población. LA mayor parte están poco controlados, a pesar de que el 75 ciento de ellos tienen tratamiento. Según el últo estudio HISPALIPID, la causa de este mal abordaje está relacionada, en un 60 ciento, el incorrecto tratamiento de los profesionales mientras que el centaje restante es debido a la falta de cumpliento de los pacientes.

En este sentido, Norro señaló que las razones para no alcanzar las concentraciones de colesterol adecuadas son varias y apunta como principales la falta de planificación de tratamiento, la inadecuada administración de la dosis de estatinas, la falta de cumpliento, la inercia terapéutica el uso poco frecuente de la terapia combinada.

En relación con este últo punto, afirmó que algunos médicos son reacios a recomendarla debido a que ‘se dejan guiar la inercia terapéutica', a pesar de conocer en profundidad lo recomendado las guías, dejando a los pacientes con valores de colesterol enca de lo recomendado, contentándose con conseguir descender los valores iniciales.

Así, recordó que los niveles de LDL deben estar debajo de 100 mientras que se debe alcanzar los 80 para los de mayor riesgo. ‘Se debe sensibilizar a los profesionales para que no se liten a descender los niveles y se preocupen de que sus pacientes alcancen los valores deseados', apostilló.

Las acciones necesarias para conseguir un buen control de la patología se centran, un lado, en corregir los hábitos de vida, elinando el tabaco y la obesidad y fomentando la actividad física y la alentación saludable. Por otro, está el uso de los fármacos, que pueden recetarse a los pacientes de riesgo, que son los que padecen una enfermedad cardiovascular establecida, diabetes tipo 2, diabetes tipo 1 con microalbuminuria y dislipemias prarias, desde el prer momento.

En este sentido, Díaz destacó la tancia de que los médicos realicen un seguiento de los pacientes hasta que hayan conseguido los valores adecuados. Una vez alcanzados, apostó el sector de la enfermería para controlar al afectado cada dos o tres meses, asegurándose de que cumple el tratamiento asignado, mientras que el doctor de Atención Praria podría recibir al enfermo pasados seis meses, con el objetivo de asegurarse de su salud. De este modo se conseguiría un mejor seguiento, abandonado hasta el momento debido, en parte, a la sobrecarga asistencial.

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