Dice un refrán catalán que ‘los ricos son ricos que nunca dan'. En catalán se dice ‘ten perque no donem'. El refrán viene muy a cuento y es aplicable a la psicología y comtamiento de los millonarios y de los países. Los países ricos y emergentes, que forman el llamado G20, van a representar hoy una comedia en Londres. Van a decir al mundo que van a afrontar la crisis, que van a poner los remedios, y que van hacer las reformas necesarias para no repetir este desastre. Van a firmar un bonito comunicado, lleno de buenas intenciones, y hasta algún compromiso con fecha para volverse a ver las caras, en la que examinarán como va el calendario de medidas que tomen, si las toman.
Tanto pesismo no es mala fe, es lo que destila la prensa internacional de estos días, que revela la gran división existente entre dos bloques y la dificultad de pactar medidas concretas. Por un lado, Estados Unidos, Reino Unido y Japón no quieren que haya un control y regulación muy fuerte de los bancos, solo mejorar su supervisión, y exigen que Europa aumente el gasto público para estular la economía, como hace USA. Por otro, la Unión Europea quiere un control serio de los bancos para no volver a las andadas, y se resisten a meter mas dinero en sus economías hasta no ver si se reana la economía, se crea empleo, y se vuelve a la normalidad.
Por poner un ejemplo muy gráfico, Obama ha dicho que hay que liquidar los paraísos fiscales, Sarkozy le ha contestado que deje de hacer declaraciones y diga cómo y cuando. Sarkozy, el líder más combativo, ha llegado a decir que si de Londres no salen medidas y compromisos muy firmes se va de la cumbre. Más diferencias : los países emergentes, como China e India, quieren que el comercio mundial no tenga restricciones que son países muy extadores, que los mercados de materias pras sean transparentes, y que no les aprieten las tuercas con la contaminación ambiental que tienen derecho a desarrollarse. Europa, en cambio, es muy exigente en combatir la contaminación y el cambio clático. Brasil y Argentina se alinean con el resto de los países en desarrollo, y no quieren pagar la crisis que han desatado los norteamericanos y los países ricos.
En teoría, todos están de acuerdo en sentar las bases de un nuevo sistema financiero internacional controlado, en dar más poder y dinero al Fondo Monetario Internacional para supervisar el sistema, y en que no haya proteccionismo para ayudar a los países en desarrollo. Pero los intereses son muy diferentes. El refrán del principio es muy apropiado: "los ricos tenemos que no damos". Lo veremos……
PD) Los dirigentes políticos del G20 se dieron ayer una gran cena, invitados la reina de Inglaterra. Todo fueron sonrisas y abrazos. ZP no cabía de gozo, su esposa Sonsoles, ha lucido mucho en ausencia de Carla Bruni, esposa de Sarkozy. Un buen comienzo para arreglar el mundo.
Miguel Cifuentes, Periodista