Hace un par de días que leí en elconfidencialdigital.com que el nuevo ministro de Educación, Ángel Gabilondo había ocultado su paso la congregación de los Hermanos Corazonistas… Y en mi anterior puente dejé en el aire que ya hablaría de Ángel Gabilondo al que conozco hace casi cuarenta años…
Aizpeurrutia, Urturi, Bilbao, Villanueva… eran algunos de los apellidos de los ‘Hermanos', que perteneciendo a la Congregación, nos intentaron educar. El método era fácil y rápido: ‘Al que no se entere, palos hasta que hable inglés'.
Vivía en la calle 'General Mola', había nacido en la misma calle, en el año 62, en el Sanatorio de Nuestra Señora del Rosario. Mi bautizador, Don Abilio, me añadió María a mi nombre, Pedro, y él fue el que me salvó de las garras de los Corazonistas. En octavo decidieron prescindir de mi presencia, y Don Abilio fue determinante. Un ‘Hermano me pegó y se la devolví' (esto era casi para que te mandaran al corredor de la muerte), la intervención de mi querido Don Abilio, hizo que los ‘Hermanos' dejasen este asunto como durmiente, y me permitieron escapar en paz.
MALDITO MAYORAZGO…
El Hermano Larreina, había sido boxeador, había viajado todo el mundo misionero, y terminaba sus días en la calle Alfonso XIII, 127. Lugar en el que se ubica el colegio, que, cierto, ha estado a punto de hundirse las irrefrenables ganas de pillar pasta de los ‘HERMANOS CORAZONISTAS'. Bueno, Larreina, que tenía unos puños como los de Urtain, sacudía a todo aquél que no supiese qué había detrás de las ‘Huellas de Cristo', no hablar de el Puti, el Araña, el Hermano Pablo, Alberto… Y, mientras Larreina se quejaba (ninguno le entendíamos) del MALDITO MAYORAZGO.
En Castilla la Vieja, en las provincias vascas, dada la atomización de los territorios, el prero de los hijos varones heredaba las tierras de sus antepasados, el segundo se iba al ejército y el tercero a la Iglesia… A Ángel le tocó el segundo o el tercero… Irse con los Corazonistas era una buena forma de salir de aquella vida.
Estoy seguro, y lo he visto y vivido, de que Ángel no era el típico ‘Hermano capullo' que nos pegaba, castigaba sin razón, o machacaba ser gafotas, o colicorto, o descerebrado…
Ángel salía al patio, sin caspa en la sotana, y sin cercos de sudor en el hábito. Se remangaba como una jovenzuela que fuese prera vez a bañarse al río, y jugaba con nosotros… A mí siempre me decía que chutase y dejase de protestar, y de vez en cuando, y esto lo cuento en honor a mi hermano Carlos, nos daba alguna colleja, nada comparable a la somanta de palos que nos daba el Remigio o cualquier otro acomplejado ser. Aunque sí debo aclarar que los profesores seglares eran cuarto: Amalio Moratalla Sidera, Don Florencio, Don Patrocinio, Don José Ramón y Don Aurelio que decía: ‘Al que no ponga la formulita le casco un cero…' También les vi pegar y maltratar a los niños que allí estudiábamos, vamos como lo de ‘La mala educación' con maricones incluidos. Pero Ángel destacaba, su melena, su figura estilizada, y su conociento y cercanía a los niños y jóvenes, que vivos el tardo franquismo en un colegio lleno de seres acomplejados y maltratadores…
Si fuese de otra forma lo contaría igual. Ángel era un respiro en medio del miedo, los castigos y sobos… Si no que pregunten a un tal Luis Villanueva Archeliz… menudo maricón… Por no hablar de un tal Pedro María Bilbao Bilbao, que fue detenido pertenecer a la banda mafiosa y asesina… Y si no que pregunten a Palomares…
Un día, paseando nuestro querido barrio, lleno de militares que aceptaban que machacasen a sus vástagos, vos paseando a Ángel Gabilondo agarrado del brazo de dos mujeres… eran otros tiempos… Mis hermanos (Carlos y Luis) eran más pequeños y preguntaban a mi Madre: ‘Mamá he visto al Gabilondo con dos chicas'… Estaba claro que a Ángel le interesaba el mundo de fuera… Estaba claro que Ángel no era un hijoputa maltratador como muchos de sus ‘Hermanos'…
Hace unos meses un grupo de ilustres meapilas del Colegio del Sagrado Corazón (Corazonistas) se juntaron para hacerle una fiesta de reconociento a Vicente Ugarte Aizpeurrutia, al que si Dios existe tendrá ardiendo en los infiernos… Era un mal tipo, disfrutaba oliendo la adrenalina de los niños… Pasaba una vez al mes todas las clases con una bolsa de piruletas, que nunca llegué a probar. En la otra mano llevaba las notas… Se sentaba en la mesa del profesor, en un alto, con la foto de Franco y José Antonio y un crucifijo y comenzaba su letanía: ‘Achútegui (era el prero de la lista) y leía sus notas de comtamiento y puntualidad, que estaban estrechamente ligadas a los posibles suspensos, 10, 10… Alcalde, Alberto: 9, 8… Antón: 6, 7, y decía salga, esto significaba que te tenías que poner de rodillas a la altura de sus zapatos… Aparicio: 6, 5… SALGA…
Una vez que los malos estudiantes, cateadores, recolectores de calabazas… estábamos con nuestras caritas frente a este enfermo mental, se liaba a hostias con todos nosotros, de una clase de cuarenta y nueve, de los que recuerdo la lista como la de Schindler, sacaba a más de un cincuenta ciento… Olía a pavor, a muerte, a orines y heces, de alguno que no sotaba que le diesen la del pulpo…
Recuerdo a un compañero que con 9 años perdió a su madre, y le dieron una paliza que casi lo matan, había suspendido y su padre no podía pagar a los ‘Hermanos'… Y otro, del que recuerdo nombre y apellidos, que con seis años tuvo una peritonitis en el colegio, y el ‘Hermano Bilbao' le llamó hijo del diablo y le tiró en los baños. El niño se salvó que no había atascos y pudo llegar con vida a La Paz…
Podría extenderme hasta el infinito, que aquella etapa de mi vida la tengo grabada a fuego en mis recuerdos, y seguro que contarlo me servirá de terapia.
Para los seguro estudiosos de la vida de Ángel Gabilondo, para los interesados en este HERMANO CORAZONISTA, uno de los peores alumnos del Colegio, o el peor, os puedo asegurar que su paso, como el de la familia Sáenz Gadea (médicos que nos daban educación física), o Jesús Carballo, son los únicos que se salvan, eso sí, si no preguntamos a los hermanos Escarpelinni, que se pasaron una tarde de rodillas al sol con 40 grados en el asfalto… Vaya cabrones…
Todos quitarán hierro, pero la realidad que viví muy cerca de Ángel Gabilondo, le hicieron ser el refugio de muchos díscolos que pasábamos de que nos pegasen para enseñarnos…
Hoy, Ángel Gabilondo es ministro, yo periodista, y los Corazonistas siguen siendo una panda. Y el que quiera saber más de Ángel Gabilondo, que le pregunte. Seguro que le atenderá encantado, ya que es un gran tipo, de una gran familia y un enamorado de la ética y la moral…
EL MAYORAZGO DE LABRAZ, LA BUSCA, LA MALA HIERBA, EL ÁRBOL DE LA CIENCIA…
pedro aparicio pérez
director de prnoticias.com
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