La nueva Ley audiovisual del Gobierno, que pretende acabar con la publicidad en RTVE, inquieta a los trabajadores, que esta vez han decidido concentrarse cada miércoles en todos los centros de RTVE. El Comité General de Intercentros se plantea también radicalizar las protestas ante la llegada de las elecciones europeas. Temen que las medidas del Gobierno conviertan a TVE en una cadena residual. INCLUYE VÍDEO
Pese a que De la Vega haya explicado que suprir la publicidad y en su defecto poner tasas a las televisiones y operadores de telecomunicaciones para contribuir a la financiación de RTVE responde a la necesidad de garantizar esa financiación sin que les afecte una posible bajada de los ingresos publicitarios, como está ocurriendo ahora. Pero a los trabajadores no les convence esta explicación, y creen que responde a un intento del Gobierno de satisfacer a las privadas, en detrento de la pública.
La preocupación de los trabajadores ahora es que con el fin de la publicidad, TVE se convierta en una cadena residual, con audiencia minoritaria, y finalmente desaparezca. Aunque las privadas piensan que no se necesita tanto presupuesto para cumplir con el servicio público y que una cadena sin publicidad atraerá más a la audiencia. Este últo apunte le sirvió a Roures para defender su postura de que las privadas no deben financiar a la televisión pública, además de que seguirá siendo una cadena de mucha audiencia, que la publicidad que pierda no repercutirá en el resto.
Los trabajadores se sienten desplazados, ya que no se ha contado con ellos en la negociación del anteproyecto de Ley. Prero se concentraron frente al Congreso para pedir que esta decisión con respecto a RTVE la tomara el Parlamento, y no el Gobierno de turno. Teniendo en cuenta además que RTVE acaba de sufrir una remodelación que supuso la salida de 4.000 trabajadores tras la aplicación de un ERE. Les preocupa poder perder su empleo, aunque el Gobierno haya garantizado que no será así.
Por eso siguen su lucha. Cada miércoles de 11 a 11.30, durante cinco minutos se reunirán para protestar unas medidas que temen puedan sentenciar el futuro de la pública.
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