Woody Allen, muy lejos de convertirse en hombre anuncio

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Woody Allen nunca será un hombre anuncio. El cineasta neoyorquino, que se niega a promocionar ninguna marca en su país, ha logrado que la única empresa que se había atrevido a utilizar su agen sin su consentiento, American Apparel, dé marcha atrás.

La compañía dejará de emplear el rostro de Allen en sus vallas publicitarias y deberá abonarle cinco millones de dólares (3,7 millones de euros), la mitad menos de lo que exigía el cineasta, después de que llegara a un acuerdo privado con sus abogados.

El director de cine demandó a la cadena de moda, el mayor fabricante de camisetas de Estados Unidos, incluir una fotografía suya vestido de rabino en unas vallas publicitarias gigantes. La agen, rescatada de la película Annie Hall, iba acompañada del logotipo de American Apparel. Los carteles estuvieron expuestos durante varias semanas en el año 2007 en dos barrios de Nueva York (Lower East Side) y Los Ángeles (Echo Park).

Allen no presta su agen a ningún producto en Estados Unidos desde los sesenta. En otros países, el director sí ha realizado campañas de promoción de artículos como la bebida Bitter Campari (en Italia).

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