‘Nada es imposible’, según Feijoo

alpinista
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Josu Feijoo es un ejemplo de superación y de espíritu de lucha. La diabetes con la que convive desde que tenía 23 años no le ha pedido a este montañero vasco conquistar 6 de los 7 picos más altos de los siete continentes. El últo en caer a sus pies ha sido la ca de la Pirámide de Carstensz (Indonesia, 4.884 m). A este vitoriano de 44 años sólo le falta el Aconcagua, en América del Sur, para completar Las Siete Cumbres.

 

Feijoo demuestra así que la diabetes no es ningún pedento para lograr todo aquello que el hombre se proponga. Gracias al sistema de Telemedicina el alpinista lograba trasmitir desde en tiempo real sus valores de glucosa con el objetivo de estar controlado en todo momento su equipo médico.

 

Sin embrago, al mayor reto al que este luchador tuvo que enfrentarse no fue la diabetes, sino un grupo de insurgentes indonesios que les tuvieron retenidos a él y sus compañeros de viaje durante tres días cuando intentaban cruzar unas minas de oro. Finalmente fue la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien a través de la embajada en Yakarta pudo intervenir para la liberación. Prpacientes ha hablado con Josu, un ejemplo a seguir.

 

 

 

¿Cómo le afecta la diabetes a la hora de afrontar este tipo de retos?

La diabetes es una enfermedad crónica que está latente las 24 horas del día, todos los meses del año. Me afecta, y mucho. Pero otra cosa es que yo haya sabido buscar los parámetros adecuados para llevarla de un modo sencillo gracias a mis médicos detivos y mis médicos endocrinos, para que en las situaciones extremas en las que estoy, me afecte lo menos posible.

 

¿Cree que es usted un privilegiado contar con estos mecanismos y técnicas? Cualquier persona puede tener acceso al servicio de la telemedicina. Es un servicio gratuito, está disponible en la red, te lo puedes descargar de la red como un juego normal y los medidores de glucosa te los regalan en los centros de salud, lo que todo lo que necesito es gratis. Pero sí, soy un privilegiado, que gracias a mis contactos puedo realizar expediciones a lugares inhóspitos. Pero a la atención praria del paciente estoy al nivel que el resto de los enfermos.

 

¿Cree que puede ser un ejemplo de superación para muchos pacientes con esta enfermedad?

Yo todos los días recibo emails de gente del mundo entero para felicitarme mis logros, incluso de padres que tienen hijos y que me ponen como ejemplo. Pero yo creo que soy un tío normal, una persona sacrificada y que los sueños y retos que tengo en mi vida intento cumplirlos que soy muy tenaz.

 

¿Cuál fue el mayor reto al que se enfrentó durante la expedición

‘The Seven Summitses’ es una pared de 700 metros totalmente vertical, que había que escalar. El problema estaba en que yo desde hacía tres semanas y media tenía una rotura total de la fibra de la cabeza del cuadriceps a causa de una caída, lo que antes de ir a la expedición fui prácticamente con una pierna rota.

 

¿Cuál fue el momento más duro de la expedición?

Una vez acabada la expedición, dos americanas y yo no estábamos en condiciones de volver la jungla. Al lado, había unas minas, que atravesándolas podríamos llegar a la carretera que son las que transtan el oro. El ministerio de turismo nos había avisado, que eran peligros muy arriesgados acercarse las minas pero es que estábamos enfermos, entonces nos metos las minas y nos pillaron. Aunque les apelamos a su humanidad, no nos dejaron pasar, y nos tuvieron tres días retenidos.

 

¿Durante la expedición sintió en algún momento que la enfermedad fuera un pedento para continuar?

No, en ningún momento, ni se me pasa la cabeza. Yo desde hace diez años los controles a los que me someto con mis médicos endocrinos y detivos y las herramientas que dispongo, pueden conocer mi estado de salud en tiempo real aunque esté a miles de kilómetros de altitud.

 

¿Qué entraña más peligros: la montaña, o la diabetes?

La montaña no tiene daños. A día de hoy, con la información que tenemos, sabemos perfectamente las condiciones de la montaña a la que vamos, quién la ha escalado, y sobre todo sabes cuáles son tus posibilidades. Yo siempre digo para un diabético, el mayor riesgo está en el mismo diabético. Lo fundamental es que sigas las pautas que te marca tu médico en el tratamiento

 

¿Cuál es su consejo para las personas diabéticas que sienten que la enfermedad coarta su libertad?

Nada es posible

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