ESTAMOS BUENAS… Y UN POCO HARTAS

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La frescura y la espontaneidad en el mundo político están en vías de extinción. Y si es una mujer quien la ejerce, mucho más. Nunca un Gobierno español dio cabida a tantas ministras como el actual. Imitado de cerca, hay que decirlo, el equipo político de prera fila creado en el PP Rajoy. Que Zapatero es un feminista convencido, como decía la vicepresidenta Fernández de la Vega, lo demuestra el hecho de que las dos vicepresidentas sean mujeres frente a un solo vicepresidente, Manuel Chaves. Pero parece que una parte muy arcaica de nuestro país, aún añora los tiempos de excelentíso señor ministro, hombre de solemnidad, aunque sea absurdo. Que una mujer llegue a ocupar un alto cargo como presidenta de una Comunidad, ejemplo, tiene un alto precio. Estoy refiriéndome a las ocurrencias de Esperanza Aguirre, que en un hombre serían, casi seguro, tildadas de ideas originales. Como me estoy refiriendo también a las mofas contra la ex ministra Magdalena Álvarez su acento andaluz y su tonillo, o a determinadas alusiones a la vida personal de Rita Barberá, sin que nadie haga lo mismo con cualquier ministro. Esta semana, nos ha dañado la vista, a los profesionales de la prensa, la cabecera de dos periódicos supuestamente serios, de tirada nacional, que titulaban a toda plana la frase spática y espontánea de la ministra de Sanidad, Trinidad Jénez, dirigida a su amiga y colega Carme Chacón, ministra de Defensa. Da la casualidad de que, además de ser mujeres, ambas son jóvenes y de buen ver. Y eso debe dar gra a muchos cavernícolas retrógrados que utilizan cualquier excusa, recuérdese el miembras de Bibiana Aído, para emprenderla de manera maleducada y falta de respeto contra su persona, y no sobre su gestión. La frase en cuestión era: “entre la píldora postcoital y la gripe… estamos buenas”.

Pues sí. La píldora postcoital ha generado todo tipo de comentarios estas últas semanas cuando, en definitiva, la últa decisión sobre el cuerpo de una mujer, la tiene que decidir ella misma, acogida y protegida su entorno familiar. Que dé tanto miedo el que una menor acuda sola a tomar una píldora, tras una relación sexual, cuando la famosa píldora anticonceptiva de los sesenta ya casi es obsoleta, de tan aceptada unos, y otros… evidencia, nada más y nada menos, que el pánico y la culpa que algunos padres tienen al no haber sabido educar adecuadamente a sus hijos adolescentes y tanto no haberse ganado su confianza. En definitiva, el debate va otro camino.

Comprender, acoger, orientar y educar a los hijos para que sean responsables y confidentes con los padres. En cuanto a la Gripe A, el consenso de hace un mes para no crear alarma social, ha saltado los aires, y Chacón se ha convertido en puching ball de cierta oposición que, quizá, todavía no ha digerido las culpas su mala actuación con los muertos del Yak42.

 

Concha Minguela

Directora de Gente en Madrid

 

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