FÚTBOL, DEPORTE, NEGOCIO Y PARANOIA

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Me es indiferente quien ha ganado la Champion League, el Barcelona o  Manchester,  pero no puedo evitar un comentario sobre el dete rey. Mis respetos a los ganadores, la mayoría honestos ciudadanos, pero es tal la paranoia mediática y política de la Champion, que no puedo evitar censurar este desmadre.

 

Hace años que en el fútbol  no se coleccionan cromos, se coleccionan negocios, se venden derechos televisivos, se compran y venden futbolistas como esclavos de lujo, hay un negocio de merchandising millonario, los clubes son empresas,  y algunos ayuntamientos pegan pelotazos escandalosos con recalificaciones de terrenos y nuevos estadios. Ahí está el pelotazo de Florentino Pérez con la venta de la Ciudad Detiva del Real Madrid, para tapar un agujero del club de 40.000 millones de pesetas. Es incontable el número de negocios que genera la pelotita, negocios publicitarios, patrocinios, derechos de agen de jugadores, un ejército de intermediarios, ojeadores, representantes, una nube de moscardones que viven del fútbol como parásitos.

 

Pero lo presentable es el uso político y partidista del fútbol, parte de partidos nacionalistas “tocapelotas” (nunca mejor dicho), y de ultras descerebrados. Van a los estadios a reivindicarse como nación, o armar bronca, en un mundo cada vez más global, lo que  prueba su bajo coeficiente intelectual. Estos fanáticos, que confunden el dete con sus delirios nacionalistas, no saben el daño que hacen al dete.

 

Pero también habría mucho que hablar de algunos presidentes, como Lata, presidente del Barcelona, que se quita y pone la chaqueta nacionalista según convenga, o el mismo Florentino Pérez, que utiliza el fútbol para sus negocios… y ahora vuelve al Real Madrid, ¡horror!

 

Decía al inicio que todo es dinero, sólo un dato: el ganador de la Champion League se ha embolsado ayer 45 millones de euros, y ha multiplicado 10 o 15 su valor de marca, a efectos de publicidad, merchandising, caché para participar en toos etc. Si esto no es negocio, que venga Dios y lo vea.

 

PD) No quiero hacer sangre, como diría Arcadi Espada, recordando la realidad que vivos de paro, pobreza, y desesperanza. Por unas horas millones de personas han disfrutado ante el televisor. Me alegro mucho, pero no me merecen respeto jugadores de escaso coeficiente intelectual, que tienen una ficha anual de 300 millones de euros, pras aparte, cuando mucha gente no tiene para comer. No quiero aguar la fiesta a nadie, pero éste el mundo en el que vivos. Lo siento .

 

MIGUEL CIFUENTES, PERIODISTA

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