LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

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Las personas que padecen un Trastorno de la Personalidad se caracterizan tener una forma permanente de percibir, relacionarse y pensar desadaptados, sienten un malestar subjetivo intenso de larga duración. Con este estilo de conducta inflexible, se provoca un deterioro en las relaciones con los demás llegando a tener dificultades en el ámbito familiar, social y laboral, lo que les es muy difícil adaptarse a su entorno. Carecen de las habilidades o competencias necesarias para dar respuestas eficaces ante las situaciones de estrés cotidianas perpetuándose las dificultades de adaptación y lo tanto de relacionarse con los demás.

 

Tienen su inicio en la adolescencia o principios de la edad adulta y son relativamente frecuentes entre la población general, estándose un centaje entre un 1315% en la población adulta. La mayoría de las personas que presentan esta patología no son conscientes de que tienen un problema lo que no se plantean pedir ayuda y en el caso de ser tratados especialistas muestran una baja adherencia al tratamiento.

 

Uno de los Trastornos de Personalidad mas conocidos y que puede afectar de manera directa a la conducción y a la seguridad vial es el Trastorno Antisocial de la Personalidad. Este trastorno se caracteriza :

 

        Manifestar conductas socialmente irresponsables, que reflejan una desconsideración de los derechos de los demás. La actitud ante el volante tiene que basarse en seguir las normas de seguridad y ser respetuoso con los peatones y conductores. La persona que padece este trastorno manifiesta comtamientos agresivos y tiene un código propio de valores al margen de lo social lo que es difícil que actúe desde el respeto, la cooperación y la solidaridad que todo conductor debe tener hacia las personas con las que comparte la vía pública.

 

        Son personas temerarias e pulsivas, presentan dificultad para anticipar las consecuencias negativas de sus comtamientos y no muestran remordiento las consecuencias que sus actos puedan tener sobre los demás. Se arriesgan en todos los ámbitos de la vida y también a la hora de conducir. Tendencia a sufrir o provocar accidentes en la carretera. Despreocupación la seguridad propia y la de los demás. Comtamiento precipitado y espontáneo que le aleja de una actitud reflexiva y controlada al volante. Conducción temeraria bajo los efectos de las drogas.

 

        Falta de sensibilidad y preocupación los sentientos de los demás, falta de empatía.

 

        No logran adaptarse a las normas legales e incurren con frecuencia en transgresiones de la ley. Dificultades para cumplir las normas sociales y supuesto las normas de circulación.

 

Teniendo en cuenta las características comentadas, una persona que padezca este trastorno no debe obtener el permiso de conducir ni el permiso de armas. Aunque cada caso es diferente es muy tante que exista un dictamen de un  psiquiatra o psicólogo favorable a la obtención o prorroga del permiso de conducir de esta persona.

 

Vicente Prieto Cabras

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica

Vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid

 

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