La rebaja salarial del 8% planteada Juan Luis Cebrián en la últa Junta de Accionistas ha generado un lógico revuelo en toda la plantilla del Grupo Prisa. Los sindicatos ya se mostraron contrarios desde el prer momento y los trabajadores se preguntan hasta cuándo deberán ceder para ayudar a su empresa en tiempos de crisis. Lo cierto es que Prisa no podrá bajar ningún salario sin el consentiento de sus trabajadores o sin un acuerdo previo con la representación sindical, de lo contrario se expondría a una oleada de demandas.
Los trabajadores de Prisa lo tienen claro: aunque quisiera, el Grupo no puede rebajar la nómina a ningún empleado, sin consentiento del propio trabajador, de lo contrario estaría realizando una ‘Modificación Sustancial y Unilateral de las condiciones de contrato‘. De cumplirse una situación de estas características, el Grupo estaría expuesto a una serie de demandas incumpliento de contrato. Incluso muchos trabajadores ya advierten que no dudarían en utilizar todas las armas legales para defender sus derechos.
Es ello que la única vía para materializar los recortes viene siendo la negociación con los sindicatos, para establecer una especia de tregua mientras dure la crisis y después compensar a los trabajadores el salario recortado, eso sí, en un tiempo indefinido cuando acaba la crisis económica. No obstante, en estos momentos la relación de la representación de los trabajadores con la empresa no pasa el mejor momento.
La serie de recortes puestos en marcha desde hace un año, el cambio de sede de3 algunas empresas y los draconianos ajustes en todas las áreas, además de la segregación de empresas que todos los medios de grupo tienen ‘ad tas’, hacen inviable cualquier acuerdo en este sentido. Los trabajadores piden a sus sindicatos mano dura y que no cedan nuevamente ante las presiones empresariales. ‘El recorte salarial no se transa’, es la frase que comienza a escucharse en todos los pasillos del Grupo.
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