Hoy he leído que Federico Guillén es el nuevo presidente del grupo AlcatelLucent en España y Portugal, así como vicepresidente de la cuenta global de Telefónica. Podían haberse ahorrado tan pomposo nombre, y haberle nombrado comercial de la empresa para Telefónica, que apenas hacen más que mantener los equipos que vendieron a la operadora hace años. De ser una de las mayores empresas de telecomunicaciones afincadas en nuestro país, AlcatelLucent apenas tiene 800 empleados, y en breve despedirán a cien. Lo últo que han sacado de España, en su lenta agonía hacia la desaparición, es la gestión administrativa, que se la han llevado a Rumanía. Sus pequeños proveedores tienen que realizar la gestión de cobros con aquel país, gestión que es muy larga que la multinacional tarda en pagar más de siete meses hasta las más pequeñas facturas.
La pírrica filial española es la heredera de la, también, filial de ITT en España. En su historia está el hecho de haber sido el germen de Telefónica hace casi un siglo, tener una plantilla de unas 25.000 personas, con fábricas en Toledo, Liaño, Madrid, y alguna en Andalucía. En su etapa de esplendor era un tanque que iba comprando a la competencia española para quedarse con su knowhow pero, sobre todo, la gestión estaba centralizada en nuestro país. La francesa Alcatel compró el negocio europeo de ITT, y ahí empezó el declive de la filial española. Le fueron quitando funciones y negocios, y descentralizando áreas para llevárselas a otros países, como ejemplo China. Uno de los hechos más sonados fue quitar a la española la gestión del mercado latinoamericano para dárselo a la filial estadounidense, luego a la órbita francesa, en un rebote que acabó con el cliente latino.
El ocaso de Alcatel en España fue una mezcla de quitarle funciones y negocio con la suma de no hacer una buena adaptación a la nueva etapa digital de las telecomunicaciones. Recuerdo cuando en la secretaría general de telecomunicaciones me contaban que querían evitar que la gestión de la gran industria española estuviera fuera de nuestras fronteras. Sonaba proteccionista y estaba mal visto. Lo que hacía Alcatel todavía era noticia. Ahora me he enterado que podría absorberla HewlettPackard y no creo que eso le interese a nadie. Han sido duros años de reconversión en el sector de las telecomunicaciones, apenas vividos los despedidos. Espero que eso no se repita en otros sectores cuyos buques insignia, léase Endesa, empiezan a salir de nuestras fronteras. No se si es un discurso muy proteccionista, pero en Alcatel han pasado de 25.000 a casi 800 personas sin más, y la mayoría de los despidos son ERES que pagan las arcas de la Seguridad Social, o sea todos. A lo mejor, en vez de preocuparse freír a puestos a las teleco, que todavía ganan mucho, había que ver como atraer nuevo negocio a España, aunque con eso se ganen menos votos a corto plazo.
SUSANA BLÁZQUEZ, PERIODISTA