LOS MAMONES Y LOS COJONES

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Ya tenemos el cupo cubierto de este año. Si no muere alguien en San Fermín la juerga no está autorizada y aunque para muchos la feria existe siete días naturales, para los que piensan tras el colocón, ponerse delante de un toro supone, cuanto menos una carta que se lanza al aire para morir. Es entonces cuando el ser humano se detiene y cree que si no se hubiera puesto, pero como siempre, es tarde. Un niño de 22 años muere la sinrazón que nos hace concebir la vida con las distracciones propias de nuestra cultura. Y es ahora en verano cuando se sucede la locura del ser humano y es de pueblo en pueblo cuando se cuelga uno de una gallina, tortura a un pavo, corre delante de una vaquilla o hace las diversas “putadas” al anal de turno, todo, que es cultura popular. Treinta mil cinco euros vale el niño muerto, ni uno más, ni cinco menos. Los mamones que vitorean al muerto no tienen perdón de Dios que ya le ha cogido al niño, y ahora qué. Daniel ha muerto.

 

 

El que vale más muerto que vivo es el rey del pop según su hermana Latoya. Ahora quedan las descargas, las itaciones, los muñecos que hacen que el que tuvo, retuvo y aunque en el país de Nunca Jamás no encontró la felicidad a pesar de tener casi todo, quizá en donde ahora yace, suponga que la vida era algo más que vender discos. Ahora resulta que quiso mucho a sus hijos, esos que tapaba y con los que negoció para que fuesen solamente suyos. Y el muerto, muerto está. Los cuatro restantes de los Jackson Five y sus padres, esos, a los que no quiso, ahora, una semana después ponen el cazo, a ver qué cae. Ahora resulta que los mamones hablan de conspiración.

 

 

Aquí, al otro lado del charco, el que reta a ver si ve caer a la cúpula es Bárcenas. El hombre que esquía en el Valle de Arán, veranea en Marbella, la ciudad de Cachuli, y el que probablemente sabe más de Aguirre, de la boda de Ana Aznar y no sé cuántas cosas más. Así de chuleta nos ha salido el pepero y según reza en sus comunicados, haciendo uso de la palabra de Don Francisco, Cascos, si no me sigue, “Aquí lo que hay son muchos mamones y lo que faltan son muchos cojones”. Qué bonito suena, qué buen tesorero nos ha salido Don Luis y vaya salida de pata de banco. Retar a la presidenta de la comunidad quien debiera haberle contestado el ya famoso, “mira cómo tiemblo” hace ver que en el partido, ese que sigue con su pugna interna y llena titulares que benefician a la mujer de morado y a las carroceras, hace que el chantaje suene mucho más de lo que es. Eso sí, a todos les da decir que sus acertadas inversiones bursátiles les hacen ricos, ya sea tesorero de un partido político o camarero con mandil. A todos les da lo mismo.

 

 

El sol, ese que nos abrasa llegada esta época del año. España celebra en este mes también una década de bonanza que se ha perdido en veinticuatro meses. Un millón de empleos destruidos y 115.000 empresas menos. Y lo que te rondaré morena. Moratinos, el hombre del desatino viaja a ver la crueldad manifiesta de Obiang en nuestra antigua colonia, Guinea. Aún no se aginan ustedes el trato despectivo que el anterior procura con sus ciudadanos, llamados él holgazanes. Yo le soltaría de vez en cuando la Moncloa a ver si contrasta sus opiniones y ve qué se cuece en otras ollas. En las ollas de Rosa Díez, la que salió peteneras, al parecer, admite que UPD sufre de crisis de creciento. Eso para que ustedes lo entiendan supone que ni son todos los que son, ni están, todos los que están. Asegura en un comunicado que el partido saldrá fortalecido con las diversas disiones y los consabidos expedientes. Arrieros somos, y en el camino nos encontraremos, tendrá que decir José Luis.

 

Rita, cree que el problema en su país, el valenciano, no tiene corte de traje, sino de pago. La presunta mentira de cómo se pagaron hace que Francisco, el que viste en Forever Young aún esté en tela de juicio. Hay que decir la verdad aunque sea mentira, tal y como decía Churchill.

En este caluroso julio, el periplo de los Obama continúa ahora en África. Michelle recuerda a sus ancestros y nombra la esclavitud bajo la mirada dolorosa del que ha escuchado de niño qué es eso. Su marido, con la letanía del “Yes, we can” es ahora un “Africa no es una caricatura de un continente en guerra”. Menuda caricatura tienen los africanos que apenas conocen el prer mundo. Ellos tienen cojones cuando se aventuran en el estrecho y conocen la vida prera vez. Ahí no hay mamones que se metan unos con otros, ni tienen trajes que cortar ni van a esquiar que ni siquiera caen copos. Barack, al menos se dispone a ofrecerle a su prera potencia que es la nuestra la realidad. Otra guerra, algo distinta es la que tiene Julián Lago, compañero periodista, el hombre de la máquina de la verdad, que está en coma y con un pie en el otro lado, a la espera de ser trasladado a su país, que da la casualidad, que es éste y a ver si como Neira, sale de la desesperación de no vivir. Él que marchó a Paraguay a la espera de aquello del casamiento y mortaja, del cielo baja encontró el amor de una joven veinteañera pero también ha encontrado algo que se llama muerte. Muerte también ha sido la compañera de viaje del bebé de Dalila que ha fallecido en un día como hoy.

 

 

Para que algo se empiece a hacer cojones, tendremos que comer, como en Gante verdura obligación. Es la prera ciudad vegetariana del mundo y tiene una dieta verde un día semana. Ahorran tanto CO2 como si retiraran un millón de coches. Así que a la zanahoria, la lechuga y la sandía, que para vino y tortilla tenemos los Sanfermines y afortunadamente, ya han pasado. Por cierto el sueldo del Príncipe ha sido incrementado en 140 euros. Yo no sé si los peep toes cuestan alrededor de cien. Le quedan cuarenta para sus gastitos. Federico y su voz mañanera se van. César y su “corría el año” también. Ni son todos los que están, ni son todos los que son. Me refería a los mamones y a sus respectivos cojones. ¡Vaya tela! y eso que no estamos de vacaciones aún. Victoria Beckham aparecerá en la nueva película de Sexo en Nueva York. Yo creo que no va a tener ningún problema. No obstante se lo preguntaremos al galáctico a ver qué opina al respecto.

 

Ana de Luis Otero

Periodista

 

 

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