‘La noche más sana’ de los periodistas

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Bajo el lema ‘Cierra y apuesta la salud‘ el laboratorio Pfizer invitó a los medios a ‘Disfrutar de una velada diferente donde la noticia serás tú‘. Sin más información, a las 20.30 horas nos daban cita en ‘La Fábula‘. Nada más llegar, firmamos un consentiento para que se pudieran publicar las fotos que a lo largo de la noche nos iban a hacer; además, mientras nos hacían entrega de un dorsal de color, donde apuntanban nuestro nombre, nos informaban ‘tú eres del equipo morado; tú, del verde‘.

 

 

La cara de cada invitado cuando recibía el dorsal era como un libro de poemas, a cuál más sorprendente. Mientras terminaba de llegar la gente y a la par que nos tomábamos un refrescante tinto de verano, los allí presentes nos mirábamos intentando averiguar quiénes tenían el mismo color de dorsal, aunque la pregunta más cuchicheada era ‘¿Pero…y esto para qué es?’.

 

Rodeados de ocho pantallas con sus ocho correspondientes consolas Wii, disfrutábamos del ya mencionado ‘tintito‘ y una delicatesen de fruta frita y diferentes quesos, cuando nos llamaron a hacer silencio para explicarnos en qué iba a consistir ‘La Noche más sana‘.

 

Por fin se desvelaría el secreto: participaríamos en una competición equipos con los diferentes juegos detivos que ofrece la Nintendo Wii. Las pruebas se basaban en practicar golf, jugar al tenis, saltos de esquí, lanzamiento de bolos, o girar el hulahoop, entre otros divertentos, a cuál más agotador.

 

Tras el recuento de puntos de cada equipo, el ganador fue el azul oscuro, aunque el equipo morado hizo méritos para quedar en prera posición (y no tiene nada que ver que ése fuera mi equipo…).

 

La alegría llegó al saber que recompondríamos nuestras fuerzas con una cena en la terraza de ‘La Fábula‘, donde hicieron mención del nombre y el trato fue ejemplar.

 

A modo de cocktail, los camareros iban pasando la tan ansiada comida: ensalada de bacalao y naranja; hojaldres rellenos de alcachofa y queso, o cangrejo y queso; pollo rebozado con salsa; tomate agrio pochado; y muchos más pinchitos que dejaron saciado el estómago hasta que apareció la crema inglesa y las trufas de chocolate a las que nadie dijo ‘no, gracias‘.

 

Una velada tan original como ésta no podía terminar sin la guinda del pastel, un marco de fotos a cada invitado con la foto de equipo que a largo del campeonato nos habían realizado.

 

 

Sólo nos queda dar las gracias a Pfizer, hacernos pasar una velada tan agradable en la que de paso perdos algún kilito…

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