Percepción del espacio, tiempo, movimiento y velocidad

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La conducción es un proceso que se apoya en un adecuado juicio del tiempo, la distancia, el moviento y la velocidad, fenómenos críticos cuya adecuada armonización permite al conductor maniobrar de forma segura. Los acontecientos que configuran una situación dada en el tráfico, se presentan de forma organizada en el espacio y el tiempo. Cuando vemos el moviento de un coche estamos percibiendo en realidad, una acción determinada que ocurre en el tiempo. Existen distintas hipótesis para explica la percepción del tiempo, una de ella está asociada a un base biológica o fisiológica y asume que la percepción del tiempo como si existiera un reloj interno y las investigaciones se han argumentado sobre esta teoría.

 

La otra se basa en la hipótesis del procesamiento de aconteciento y sostiene que el tiempo es un proceso puramente cognitivo y no se percibe a través de ningún sistema sensorial concreto. Según este planteamiento, el tiempo lo experentamos los sucesos psicológicos que ocurren en un período definido físicamente. En la realización de maniobras plicadas en la situación de conducción de automóviles, junto a la percepción del tiempo juega un papel fundamental la percepción del moviento y la velocidad. Se percibe un moviento, si la agen de un objeto se mueve a través de la retina mientras el ojo permanece estacionario, o bien, la agen se mantiene en la retina pero el ojo se desplaza siguiendo un objeto. La tancia del adecuado funcionamiento del sistema visual en el conductor queda de manifiesto cuando se explica el procesamiento de la información que el conductor recibe al conducir. En nuestro “modelo de evaluación “de aptitudes psicofísicas se le da mucha tancia tanto a la exploración de la agudeza como del campo visual.

 

Para el ser humano no existe la velocidad, sino tan sólo una serie de indicadores que combinados producen un valor subjetivo de velocidad. Así pues, la velocidad no es algo que el conductor perciba directamente, sino más bien se trata de un constructo deducido de sus propias percepciones. Se ha puesto claramente de manifiesto que una misma persona puede tener una percepción del espacio, tiempo y velocidad distinta según se sitúe como conductor o como pasajero, así como la progresiva adaptación sensorial a la velocidad, que se produce como consecuencia del manteniento de un nivel constante de la misma o, la subestación que de la velocidad de un vehículo realiza el propio conductor. De aquí la tancia que tiene como medida preventiva variar de manera voluntaria la velocidad que llevamos en un trayecto largo así como no conducir más de tres horas sin descansar.

 

D. Roberto Durán Romero

Vocal del área de Psicología del Tráfico y de la Seguridad del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid)

 

 

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