Lamborghini Reventón, un caza de cuatro ruedas

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prexclusivo Tras varios años de problemas económicos y un desfile de propietarios que ha abarcado desde Chrysler hasta un grupo de inversión indonesio, la bestia parece haber encontrado su camino bajo la administración de Audi. En la fábrica de Sant’Agata, cada coche que sale de la línea de producción ya tiene dueño.

 

El eterno rival de Ferrari se benefició de tantes ganancias en el año 2006, marcando un nuevo y rápido punto de referencia a mediados de 2007, camino a otro año de más de 2.000 ventas. Pero como muchos fabricantes de coches pueden avalar, (incluyendo Volkswagen, casa madre de Lambo y Audi), mantener la prosperidad puede ser tan difícil como lograrla.

 

Lamborghini necesitaba un nuevo coche, uno que ratificara su estatus como preeminente proveedor de escandalosos superdetivos. El vehículo en sí debía indicar que la empresa no transfería sus recientes ingresos a Alemania sino que los reinvertía en nuevos vuelos fantásticos. De este modo, en el Salón del Automóvil de Frankfurt en 2007, Lamborghini desveló su últa y exclusiva joya, el ultra raro y exquisitamente siniestro Reventón, un superdetivo de un millón de euros.


Siguiendo la tradición Lamborghini, Reventón debe su nombre a un legendario toro: en 1943, el bovino Reventón acabó con la vida del célebre novillero mexicano Félix Guzmán. El coche no parece más pacífico que su nombre, encubierto en una piel angulosa de fibra de carbono que, según da la luz, parece verde o gris profundo. Su oscuro acabado, denominado ‘midopaque’, caracteriza al coche, de igual manera que la carrocería refleja la luz de manera única, produciendo un efecto que no es del todo mate pero tampoco brillante.

 

Bajo su carrocería, que pretende evocar el caza de combate F22 Raptor, el Reventón es en esencia un Murciélago LP640. El vehículo mejora su 0 a 100 en 3,4 segundos y es capaz de desarrollar una velocidad de 340 km/h (idéntica a la del LP640). Su motor V12 de 6,5 litros aumenta la potencia en 10 CV, aunque esta variación es perceptible.

 

 

 

 

 

El sistema de tracción total y la transmisión manual secuencial de seis marchas también lo trae de serie el Murciélago. En una época en la que predominan las ruedas de 20″, las llantas del Reventón de 18″ de diámetro forjadas en acero parecen achaparradas. Sin embargo, Reventón no se separa del modismo a ras del suelo que Lamborghini estableció con Countach y mantuvo para Diablo y Murciélago; las ruedas altas reducen el pacto visual del inverosímil bajo techo, que parece no llegar a la cintura.

El Reventón es una proposición exclusiva y cara, hasta para los parámetros de Lamborghini, que sólo realizará 21 unidades del vehículo de cerca de un millón de euros (el coste fluctúa con el cambio dólareuro). Ya se ha vendido veinte de las 21 unidades; la que queda permanecerá en el Museo oficial de Lamborghini en Sant’Agata.

Resultados de la prueba

Desafortunadamente, este vehículo en particular con el que hemos realizado la prueba, con numeración 0 de la serie de 21, está provisto de un litador de velocidad a 130 km/h. Además, se dice que un demonio ha pegado con pegamento el control de tracción para que esté activado. Dado que Lamborghini ha dado unos cuantos fallos ignominiosos con el LP640 a manos de redactores demasiado confiados, es normal que la empresa quiera preservar el único Reventón de la destrucción del escritor.

Aun así, es frustrante cuando el cochecámara Audi A4 diesel pasa delante de mí el carril contiguo y yo no me atrevo a seguirlo miedo a comprometer el litador de velocidad y tener tan mala suerte de toparme con un camión de frente. Tal y como dijo un compañero de profesión: “Lamborghini Reventón, más rápido a 100 que un Porsche 911 Turbo, tan caro como un Bugatti Veyron y con una potencia menor al de un Chevy Aveo”. Sin embargo, Reventón alcanza fácilmente los 130 km/h y, si sirve el LP640 de algún ejemplo, seguirá tirando mucho tiempo después, de no poner ningún tope.

Teniendo que trabajar al límite de sus restricciones, pienso sacarle el mayor partido. A pesar de que pueda alcanzar los 130 km/h en segunda, encontraré una o dos curvas en las que ir a esta velocidad sea excitante. Descubro que el nuevo Lambo está tan bien montado y es tan tranquilo como esperaba. Me preocupa colar el interior de la rueda en la carretera Reventón parece exactamente igual de ancho que el carril italiano y que cruja las inserciones de fibra de carbono atornilladas a las amenazantes ruedas negras exclusivas del Reventón; pero conducir este caza de cuatro ruedas es un juego en el que pienso marcar todas las ‘g’ que pueda Reventón posee un medidor de fuerza G, a más velocidad, más ‘g’ marcadas.

Al conducir un Reventón entiendes qué mucha gente destroza los Murciélagos con tanta frecuencia: con una conducción sobre las cuatro ruedas y unos neumáticos Pirelli P Zero Corsa casi de carrera y exageradamente anchos, este automóvil tiene tanto agarre que prociona al conductor una sensación de falsa confianza, reforzando la idea de que los límites son infinitos. Sin embargo, detrás de sí, se deja más de 600 CV, y aunque el vehículo cuenta con control de tracción, no tiene control de estabilidad. Es una tante distinción.

Cuando aparco el coche en una plaza del pueblo cerca de la fábrica, Reventón hace lo que a los Lambo siempre se les ha dado de maravilla: llamar la atención. En cuestión de unos pocos minutos, un gran grupo de gente pulula a su alrededor, atraídos la forma del coche y su especial pintura, que parece absorber la luz en lugar de reflejarla. Al sacar una foto del Reventón, se dispara el flash automático de la cámara a pesar de encontramos en el exterior. Parece como si estuviera fotografiando un agujero negro.

Caracter propio

Al igual que el Murciélago, pero en distinto cuerpo, Reventón comparte sus mismas densiones, aunque los detalles de la carrocería son mucho más agresivos. Al salir el sol, cuando la preciosa pintura refleja un poco de luz, se aprecian los tres sutiles trazos que se unen en el parachoques trasero. El coche consta de ángulos ligeramente torcidos, como si, al igual que el bombardero que sula el F22 Raptor, hubiese sido diseñado para evadir defensas enemigas.


Su temática militar y aeronáutica se extiende hasta el salpicadero, en el que Lamborghini ha reemplazado el panel análogo del LP640 una pantalla LCD configurable el propio conductor. Al elegir un modo, la pantalla muestra los indicadores redondos convencionales, pero al elegir otra opción, aparecen unos gráficos piramidales que muestran la velocidad y las revoluciones minuto, insinuando que hace falta llevar un casco de oxígeno y aventurarse a luchar contra MiGs. Para aquéllos que acusan a Lamborghini de tomárselo demasiado en serio bajo el control de Audi, estas pruebas demuestran con creces lo contrario.

Que las ingeniosas prestaciones, la potente carrocería y la pintura ‘extraterrestre’ justifiquen el precio de Reventón en lugar de optar un  LP640 es cuestión de los gustos de cada uno. Contrariamente a lo que sucede con otros muchos artículos de lujo, se espera que los superdetivos funcionen en consonancia a su precio. Es decir, puede que un Ferrari F430 sea muy caro, pero prociona un mayor rendiento cuantificable comparado con un Toyota Yaris. Del mismo modo, el Bugatti Veyron cuesta 1,2 millones de euros, pero es capaz de alcanzar los 408 km/h; tanto, su precio se justifica empíricamente.

El Reventón, además, requiere que se contemple de la misma forma que se admira una obra de Damien Hirst o un reloj de edición litada. Su valor y atractivo no se basan únicamente en la funcionalidad, sino también en su exclusiva e pactante estética.Todas las unidades de Reventón previstas para producción ya se han vendido que es una pieza histórica. No se trata tanto de un coche sino de un monumento despampanante, que surge del talento creativo de Lamborghini en 2007. Lamborghini, (www.lamborghini.com).


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