La vivienda de Pablo Casey, situada en un barrio a las afueras de Buenos Aires, fue atacada durante la madrugada del sábado. Los agresores hicieron varias pintadas en la fachada y lanzaron huevos contra el edificio. Por otra parte, un vehículo en el que viajaban tres personas en actitud observadora permaneció aparcado, durante un tiempo prolongado, frente al apartamento de Jorge Rendo.
Según declaraciones del periódico, los sujetos fueron abordados un policía que se encontraba en la zona y cuándo éste les preguntó qué hacían allí observando, se identificaron como trabajadores del diario oficialista gratuito El Argentino. No obstante, el propietario de este rotativo, Sergio Szpolski, ha negado la pertenencia de los supuestos periodistas a su medio.
A estos hechos hay que sumarle una nueva agresión que tuvo lugar en la madrugada del lunes en las oficinas de Clarín situadas en la ciudad de Rosario donde varios desconocidos forzaron la cerradura de la puerta y entraron en el edificio. Los asaltantes no causaron robos ni destrozos pero generaron desorden en los archivos del periódico y en el departamento de administración.
Además, diferentes calles de la capital argentina y del interior del país han vuelto a ser empapeladas con carteles, que llevan la firma de la JP, en los que se podían leer frases críticas contra Clarín y sus directivos. Responsables del grupo han denunciado en los últos días que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha realizado inspecciones en las empresas Toos y Competencias (TyC), propiedad del grupo, y en Televisión Satelital Codificada (TSC) y Telerred Imagen Sociedad Anóna (TRISA), en las que Clarín tiene una participación del 50%.
Recordemos que TSC disponía hasta la fecha de los derechos exclusivos de las retransmisiones de la liga de fútbol argentina, en un contrato con vigencia hasta la temada 20132014. Sin embargo, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) rescindió unilateralmente el contrato y decidió otorgar los derechos de retransmisión al Estado, en un acuerdo diez años y 155 millones de dólares (el doble de lo pactado con TSC).
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