Las denuncias del PP sobre supuestas escuchas ilegales de miembros del Estado enviados el PSOE, es el nuevo tema de debate entre los principales diarios nacionales. En pleno verano el partido de Mariano Rajoy ha intentado resucitar el debate político secundado El País y El Mundo, que desde sus trincheras opuestas han lanzado sus dardos.
El Mundo publicaba ayer en su prera página y con grandes titulares, que el PP estaba preparando un informe sobre las supuestas escuchas del PP. Hasta el momento, las acusaciones de María Dolores de Cospedal se han presentado sin pruebas, algo que según El Mundo, estaba siendo subsanado con celeridad.
La noticia de hoy es que el Parlamento al completo ha rechazado la solicitud del PP para que el Gobierno aclarara estas acusaciones. Y es aquí donde nuestros dos principales diarios vuelven a chocar como dos trenes que marchan a grandes velocidades en sentido contrario.
El Mundo indica en su principal editorial de hoy que esa negativa del PSOE de esclarecer los hechos refleja la ‘poca cintura parte del presidente del Gobierno‘ ya que ‘fue el propio Zapatero el que se comprometió a hacer del Parlamento el centro del debate político nacional’.
El diario de Pedrojota reconoce que el PP se equivocó en la forma, pero no en el fondo. ‘Hemos sido los preros en señalar que los populares se han equivocado al mezclar en su denuncia de la persecución datos objetivos con una estrambótica acusación de escuchas y espionaje. Pero ello no exe al Gobierno de su responsabilidad de dar explicaciones. Más aún cuanto en las quejas del PP hay más grano que paja’.
Y continúan refiriéndose a la Fiscalía criticando que sólo abra causas al PP y que calle otras investigaciones como el caso de la hija de Manuel Cháves o en el uso de fondos públicos para fines privados del director del CNI.
‘El temor del PP es que vaya calando en la opinión pública la idea de que sus siglas son sinóno de corrupción, injustamente y gracias al uso partidista de algunas instituciones del Estado. Pero la realidad, tal y como reveló ayer Soraya Sáenz de Santamaría, es que de las 53 causas abiertas contra miembros de su formación sólo cuatro siguen abiertas: el resto han sido archivadas o no han dado lugar a actuaciones judiciales’, concluye El Mundo.
Mientras, El País se apunta al lado totalmente opuesto y también en su principal editorial, aplaude que ningún grupo apoyara la petición de comparecencia. ‘Sobre todo que se trata de acusaciones sin pruebas que sólo buscan desviar la atención de las muy reales y concretas actuaciones judiciales contra miembros de principal partido de la oposición comtamientos presuntamente corruptos’.
Y continúan señalando que el PP ‘ha hecho todo menos lo único que correspondía con la acusación de escuchas ilegales: ir al juzgado con las pruebas correspondientes. En lugar de eso, ha lanzado acusaciones cada vez más gruesas “Estado policial, persecución inquisitorial…” en una escalada en la que cada día se daba demostrado lo afirmado la víspera’.
Y concluyen indicando que la actuación del PP al respecto es ‘pura mala fe: o hay pruebas y denuncia judicial de un delito, o hay falsa acusación, lo que también es un delito. Cospedal dijo algo muy grave, y, en vez de rectificar, su partido se ha lanzado a suplir la falta de pruebas ruido. El resultado es que el curso político se inicia de nuevo en un terreno embarrado el juego sucio’.
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