EL PAÍS DE LA NACIÓN

Publicidad

 

Así ha vuelto José Luis de La Mareta. Ha soltado, entre otras cosas, que la TEDETÉ se ha puesto en marcha en beneficio del país de la nación. En esta España nuestra que en verano aparece como las botellas, medio llena, o medio vacía, solamente nos quedaba que le apellidarán, el país de la nación para que empezara el cachondeo del últo trestre del año.

 

Moratinos, cree que Obama está al caer, y con eso de que tampoco ha tenido un verano tranquilo aquello del homicidio del cantante que quería ser blanco y con la muerte del últo de la fila, el país, el suyo, parece que remonta de la crisis al igual que Alemania y Francia y cree que al venir aquí o acá como dirían ellos, todo se va a solucionar con uno de sus discursos junto a Michelle.

 

José Luis, nos habla de una dulce subida de puestos para que en 2012 baje el déficit del 3 %. Yo no sé si se ha dado cuenta que todavía el dígito está en 9 y para el 12 yo no sé dónde llegará la cola de parados, si a los pies de Sarko o girará a la derecha para ver lo que queda del cornuto Cavaliere. Otro que tampoco llora es Mario Conde. El hombre del “mepeinopatrás” se ha liado con una joven de cuarenta y cuatro años. María Pérez Ugena, pá más señas, y que Lourdes descanse en paz, si puede. Y de la pasta, ¿cuándo se habla?

 

Si ves a El Corte Inglés temblar, pónte a remojar. La tiendecita de Isidoro Álvarez aparece prera vez en los diarios. Ha ganado la mitad el desplome del consumo y se debe reinventar a sí misma si quiere que la banderita verde de nuestras vidas siga en pie. La clase Business de Iberia también está en números rojos y en vista de todo ello, los Urdangarines, que total son seis, se van a Washington que aquí no hay quien viva, o ven la que se avecina. Una que no se calla ni con esparadrapo es la Pantoja, que sigue vendiendo exclusivas veraniegas y reza, “me pongo las gafas y pálante”, eso será si le va mal, así que veo a medio país con un par puesto. Para otras que no habrá crisis será para las campanarios y los belenes de jesmar. Entrar en Ambiciones y salir escaldado es todo una, pero mantener al respetable enganchado tantos años al culebrón también; “que si mi madre, que si la tuya”

 

Los del pepé muestran el bañador Meyba que ha acompañado a Fraga en Perbes y Mariano, empieza el cole diciéndole a José Luis que siempre pagamos su gracietas. Hay que reconocer que ha estado sembrao. El Fortuna solamente ha salido a pasear una vez para dar ejemplo de solidaridad ante la crisis y Eta se ha cebado este verano como era de prever. Cospe se nos casa en breve y Don Juan Carlos ha ahorrado en espuma de afeitar en este verano y el Príncipe de Asturias tampoco.

 

Volver al país de la nación supone, entre otras cosas, volver al olor del sillón que habitualmente usas para leer. Abrir un cajón para sacar una cucharilla que removerá el café que te has hecho en tu cafetera, la de toda la vida. Apreciar cuánto vale tu colchón y tu preciada almohada, que te olvidaste de llevar de vacaciones, ver lo spático que es el quiosquero, la panadera o los amables vecinos de tu barrio que aunque nunca te digan adiós, son familiares como todo lo que te rodea a la vuelta. El olor a cerrado no ta cuando dices en voz alta sin que nadie se entere, ¡qué bien se está en mi casa! Ducharte en tu bañera y rescatar el mando de la tele, son todo un rito cuando se vuelve a lo que nunca se debió dejar. Y luego, lo bajini, cuando todos duermen, recuerdas cómo odiabas la arena de la playa, qué incómodo fue el apartamento que alquilaste, o qué estrechas eran esas camas, qué buena estaba la comida del buffet pero como la de la abuela, nada, ese niño, deja ya de joder con la pelota, que decía Serrat, no deja de ser cierto, y poco o mucho que hayan durado, algunos dicen, esa mágica noche en la que todo vuelve a ser normal, ¡bendita oficina! Solamente queda que suene el despertador a las siete para ser feliz de repente y para darte cuenta que la vida sigue siendo maravillosa, menos esos treinta días en los que nos empeñamos en ser felices de otra forma.

 

Un verano sin posado de Anita Obregón, con separaciones y divorcios a medida, como todos los años y con cuerpos diez que se preparan doce meses para lucir cacho para los papparazzis del corazón.

 

Bienvenidos al país de la nación de Zetapé. Ármense de paciencia, que Dios nos pille confesados con la gripe A y a dar gracias a Dios si tiene curro que la otra opción no es tan amable y todavía no hemos tocado fondo, al parecer pero eso si, venos todos medio bronceados y tenemos que decir que nos hemos ido a desconectar que si no, no somos como todos. ¡Y que viva España!

 

Ana de Luis Otero
Periodista

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil