La I+D farmacéutica, esencial para las regiones pobres

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Países en vías de desarrollo como India y Brasil están en tela de juicio no respetan la propiedad industrial y permitir la copia del fármaco. Sus quejas y justificaciones se basan en que los precios de referencia que establecen los gobiernos occidentales son demasiado altos para su población. Sin embargo, no dicen nada de las innumerables veces en las que la copia es más cara que el original, debido, en gran parte, a las acciones que llevan a cabo los laboratorios de ofertar sus fármacos gratuitamente. Sin embargo no se habla de las inversiones millonarias que hacen los laboratorios en estos países, donando medicamentos o abaratando los precios aún con la patente en vigor.

 

En el año 2000, 189 estados miembros de la ONU dictaron los Objetivos del Milenio, con los que se quería mejorar el planeta a través de diferentes acciones. Algunas se refieren a la pobreza y el analfabetismo y tres metas de los Objetivos del Milenio están encaminadas específicamente a mejorar la salud de la población: salud de la mujer; VIH/SIDA, malaria y otras enfermedades; y reducir la mortalidad infantil. Además hay otras dos secciones que, aunque no forman parte en sentido estricto de los Objetivos del Milenio, representa un creciente reto para la salud en países de ingresos medios e incluso bajos. Son las referidas a las Enfermedades Crónicas y a Otras Iniciativas de Salud que documentan programas que no están centrados en un área de enfermedad específica.

 

La elaboración de un medicamento no es fácil. Muchos años de investigación para establecer dianas terapéuticas eficaces y sólo unos cuantos para recuperar la inversión y poder seguir investigando. Los laboratorios tienden a establecer alianzas con los países en desarrollo que se centran en mejorar el acceso a los medicamentos a través de donaciones o precios preferenciales. Otros, tienen como objetivo aumentar o incluso construir centros de atención sanitaria así como envío de material, equipos y entrenamiento de trabajadores locales.

 

En el últo periodo medido (20002006) la industria envió medicamentos, vacunas, capacitación y educación para ayudar a casi 1.400 millones de personas en los países en desarrollo, o lo que es lo mismo, se invirtieron aproxadamente 4.586 millones de euros.

 

En el caso del VIH/SIDA, Abbott extendió su programa de precios preferenciales para crear un nuevo nivel en los países de ingresos bajos y mediobajos. Además envió 93 millones de exámenes rápidos de VIH a programas de detección de África y de los países menos desarrollados. Por su parte, Gilead Science se ha comprometido a brindar acceso a sus medicamentos antiVIH a todos los Pacientes que los necesiten, independientemente de los ingresos o de la ubicación geográfica. Y así hasta un millón de ejemplos que tiene como protagonistas a diferentes laboratorios y sus acciones sin áno de lucro.

 

Sin embargo nadie reconoce la inversión que ha de realizar un laboratorio para desarrollar cualquier nuevo medicamento (antirretrovirales, antihipertensivos inmunosupresores…) y que supone una media de 870 millones de euros (desde el desarrollo de la molécula hasta su fase final). Un dato más, de cada 10.000 moléculas investigadas, sólo una llega a convertirse en un medicamento en el mercado. Y de cada 10 nuevos medicamentos en el mercado, sólo tres recuperan sus costes. Y todo esto lleva una media de entre doce y catorce años de investigación, y la patente son 20 años a contar desde la molécula.

 

Según la Doctora Pinelopi Goldberg, de la Universidad de Princeton, señala que si se respetan las patentes, se podrían procionar incentivos a la investigación en enfermedades específicas de los países menos desarrollados. Ahora está ver si los Gobiernos de estos países aceptan respetar las patentes en pos del bienestar de sus ciudadanos.

 

Seguiremos Informando…

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