El rostro del fumador

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¿Fumas? Entre el prer cigarro del día y el últo de la noche desarrollas un mundo de posibilidades, que incluyen pérdida de gusto y olfato, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, problemas cardiovasculares o cáncer de pulmón, entre otras. El tabaco mata, no es un secreto. Pero, además, te pone feo.

 

El motivo es banal si tenemos en cuenta que el tabaquismo provocará seis millones de muertes en 2010, pero puede ser el tuyo si eres de los que prefieren cuidarse fuera. Los datos los ata en su nueva edición el Atlas del Tabaco, guía de referencia editada la Fundación mundial del pulmón y la Sociedad estadounidense del cáncer.

 

Según esta publicación, más del 10% de las muertes en mujeres adultas en nuestro país se deben al tabaco. En el caso de los hombres, el centaje asciende a más del 25%. En general, los fumadores mueren una media de 15 años antes que los no fumadores. Aún así, a pesar de estar bien informados, en España el 36,4% de los hombres y el 30,9% de las mujeres encienden sus cigarros cada día.

 

La piel y la sonrisa, los más castigados

Si fumas, tu rostro te delata. El humo del tabaco castiga la piel tanto de los fumadores activos como la de los pasivos. Los efectos más comunes son la deshidratación, la aparición de vello, arrugas, apariencia grisácea y manchas.

Por sexos, la piel de la mujer, más sensible, es más propensa al envejeciento pero son los hombres los más perjudicados el monóxido de carbono, ya que sus caladas son más grandes. En ambos, y de forma progresiva, se multiplican las arrugas marcadas, el aspecto facial demacrado y las manchas de color púrpura.

Las manos y los dientes también hablan de tu hábito. La nicotina vuelve amarilla la piel de los dedos y mancha tu sonrisa. El consumo de tabaco es responsable directo de distintas dermatosis como la estomatitis nicotínica, la lengua negra vellosa y la enfermedad periodontal, así como de algunos tipos de urticaria y de dermatitis de contacto. Más comúnmente, el tabaco contribuye al exceso de sarro, tiñe los dientes de amarillo, acelera el deterioro de la dentadura y favorece la aparición de caries. De hecho, el riesgo de perder los dientes se multiplica 1,5 en los fumadores.

 

Pero hay más; las consecuencias del tabaco sobre la belleza no terminan aquí. Fumar es causa y agravante también de las afecciones oculares y es que el centaje de personas con cataratas es un 40% mayor entre los fumadores.

A todo esto añade la tos habitual, los catarros, los dolores de garganta y la potencia en el caso de los hombres. Si te planteas dejarlo, razones no faltan.

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