Mi sociólogo de cabecera me recomienda salud mental no hablar de la telebasura, algo de lo que se habla mucho últamente y que revela el encefalograma plano de España.
Me sugiere un tema original, ayer los sindicatos amenazaron vez prera con un otoño caliente. Veo a Zapatero temblando ante las masas obreras dirigiéndose a La Moncloa millones, pero me parece que no es más que una pesadilla.
La frase del otoño caliente, acuñada en tiempos de la Transición, cuando los sindicalistas tiraban piedras y tomaban la calle, hoy suena a un cortometraje de aficionados, o a película de miedo. Con la que está cayendo el anuncio no produce ni frío ni calor, la opinión pública no percibe a las centrales afilando los cuchillos contra un Gobierno entregado, que no moverá un dedo sin contar con ellos, ni contra ellos. Y esto cuando motivos para la movilización hay, muchos y variados.
Por ejemplo, no hay día sin que los organismos internacionales nos amarguen con pronósticos siniestros. Ayer la OCDE nos anuncia que España tendrá el 19,8% de parados, 4,5 millones de personas en la estacada, doblando a la media europea, debido a la construcción y la temalidad y la inmigración, que no sabemos qué hacer con ella.
Lo único que alaba es la inversión municipal y nos recomienda más formación, sobre todo en los jóvenes.
Juan Ramón Quintás, presidente de la CECA, patronal de las cajas de ahorro, nos echa un jarro de agua fría: 2010 será muy duro, con tipos de interés bajos, morosidad alta (este año el 7% en las cajas), paro muy alto y una recuperación lenta y lejana. De paso advierte a las autonomías contra la tentación de poner zancadillas a las fusiones entre cajas. Es optista pese a todo, ya que las cajas han encajado el prer golpe de la crisis sin demasiados destrozos. Ya veremos como termina el mapa de cajas, y cuantas quedan de las 42 actuales. Apuesto que sobrevive la mitad, o una autonomía, para que tengan su juguete los virreyes autonómicos.
PD) El tugués Durao Barroso estará otros cinco años aburriendo a las ovejas como presidente de la Comisión Europea. Ayer fue reelegido gris, conservador, perfilero, inocuo, y políglota. Ni molesta ni entusiasma, esa es su única virtud…y enca no había otro candidato.
Con Europa en una crisis profunda, sin rumbo político, con países a la defensiva, euroescépticos, y este dirigente, es para salir corriendo.
Miguel Cifuentes. Periodista