Podemos tirar la toalla. No habrá un pacto para salir de la crisis, ni elecciones anticipadas, ni una solución nacional a la emergencia en que vivos. Sólo se habla de puestos, lo cual splifica el debate pero deja al ciudadano ante la cruda realidad: le van a pasar la factura. El fin de semana ha sido agitado en el debate político, bronco y agrio, los puestos son ya la dinamita y el arma arrojadiza entre PSOE y PP. No hace falta decir que el PSOE defiende el reparto de la crisis, no sabemos aún cómo, y el PP quiere mas mercado y menos puestos. Si Machado levantara la cabeza volvería a ver sus dos Españas.
La medicina fiscal tiene contraindicaciones, subir puestos retrae el consumo y aumenta la inflación, encoge la inversión y el empleo. No subir puestos o bajarlos puede anar la inversión y el empleo, pero a medio plazo. Mientras tanto hay que pagar una factura social y de gasto público muy abultada, pensionistas, funcionarios y las autonomías insaciables… Al Gobierno se le ha acabado el dinero con tanto cheque bebé y tanta desgravación de 400 euros, ambas hechas igualitariamente para quienes tienen o no dinero. ¿Cómo se paga tanta factura, con puestos o con más deuda pública? Las dos son medicinas dolorosas y no son de chicle.
La dinamita fiscal que tiene el Gobierno entre manos debe manejarla con cuidado. Hay dos Españas, la que está a cubierto y la que no tiene paraguas, la que ha hecho su agosto los últos diez años (banca, ladrilleros y especuladores financieros) y la que ha sobrevivido (la muchedumbre asalariada). Se acabó el teatro, hay que saber ya quien paga los costes de la crisis. Me temo que los de siempre, que quienes tienen dinero lo ponen a buen recaudo, alejado de cualquier fisco. En Europa hay ejemplo para todo, países que suben puestos, países que los bajan y países que los congelan. Inglaterra los sube, Alemania los baja, veremos quien acierta.
PD) El G20, la cumbre económica mundial en Pittsburg (USA) ,esta semana, pinta mal. No habrá grandes acuerdos, salvo mensajes para la galería, la recesión se aleja, la recuperación se atisba, pero no para todos. Amenaza el proteccionismo de nuevo el comercio mundial, y seguirán sin atar corto a los financieros. No hay modo de regular su actividad, no se ponen de acuerdo los grandes países, ni Obama puede con ellos, ni con sus sueldazos. Los financieros vuelven a las andadas, y no han pasado ni dos años del desastre que ellos han montado.
Miguel Cifuentes. Periodista.
