TIC y medicina, una relación tardía

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Un ordenador bastaría para hacer una buena historia clínica, mejorar el seguiento de los pacientes, sobre todo el de los enfermos crónicos, ahorrar costes e incluso subir la autoesta de los médicos. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) llegan tarde a las consultas pero su buen uso mejoraría nuestra sanidad.

 

Estas son algunas de las conclusiones recogidas en el libro ‘El mejor uso del conociento en clínica, gestión e investigación’, publicado la Fundación de Ciencias de la Salud en colaboración con el laboratorio GlaxoSmithKline (GSK). La obra, dirigida al público profesional, está basada en la jornada del mismo nombre celebrada el año pasado en Madrid.

 

El uso de las herramientas informáticas y de comunicación no sólo es útil para los profesionales en tareas cotidianas como elegir un correcto tratamiento para los pacientes. Además, y de forma general, la total incoración de las TIC al ámbito sanitario mejoraría el uso del conociento en los ámbitos clínico, de gestión y de investigación; ayudaría a resolver con mayor eficacia, y menos tiempo, problemas complejos; supriría barreras geográficas y optizaría la coordinación entre profesionales de diferentes niveles asistenciales.

 

Según la publicación, en España el mayor y mejor uso de la TIC se da en el campo de la investigación. Su aplicación más común la encontramos en las bases de datos farmacoepidemiológicas y en el estudio de la variabilidad, según el doctor Juan Gervás, profesor de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y coordinador de la jornada de la que es fruto este libro.

 

 

 

El paciente como agente activo

Para Gervás, el uso habitual de las TIC no debe sólo tener en cuenta a los profesionales sino también el punto de vista de los pacientes, ‘tan fundamental es dar a los distintos profesionales sanitarios (médico, farmacéutico, personal de enfermería, trabajador social y demás) herramientas que faciliten su trabajo en la interacción con el paciente y su familia, como que las TIC den capacidad a los pacientes para favorecer su autonomía de decisión y de vida’, un proceso aún lento en nuestro país.

 

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