Los países del G20 fueron a Pittsburg, la semana últa, decididos a atar corto a los banqueros. Ahora resulta que se dan dos años para hacer la reforma del sistema financiero internacional, y una recomendación de cortar los bonus y sueldazos que se adjudican los altos profesionales de la finanza. Todo va mejor y no volverá el pecado, los gobiernos seguirán tirando del carro y poniendo dinero, pero cada país hará de su capa un sayo con las recomendaciones de Pittsburg. Ya hay directivos bancarios que cobran bonus a través de paraísos fiscales, los del Barclays inglés, sin ir más lejos.
Habrá normas mas duras de capital, control de crédito y riesgo, y los bancos centrales estarán enca de los financieros. Pero no habrá un Gran Hermano, cada país utilizará su banco central para supervisar a la banca, pero con embudo más estrecho. El Banco Central Europeo no será el ojo de Dios, ahora. El Sr, Trichet, jefe del aparato, no tendrá estaca, de momento.
Y en cuanto a los dichosos bonus ( autopropinas de cientos de millones) los G20 recomiendan a los accionistas bancarios que controlen los sueldos de sus directivos, ¡como si pudieran¡ . Estados Unidos no está la labor de topar los bonus de sus banqueros. En el gobierno Obama hay varios chicos que vienen de Wall Street y ven normal el sueldazo. Europa en cambio, quiere ligar los bonus a beneficios conseguidos y que los devuelvan o no vean un duro si el banco tiene pérdidas. Esto es razonable.
PD) Leí hace nada a un profesor de una escuela de negocios de Barcelona, que mientras se pague barbaridades a los chicos de la cosa financiera, iremos mal. La sociedad tiene que ponerlos en su sitio y pagar bien a los que llevan la economía real, los que producen bienes y servicios reales, no los del casino, el humo y los derivados y futuros perfectos.
Estrambote: el Gobierno muy preocupado que la subida de puestos dispara la economía sumergida. El IVA desaparece de las facturas, doble y triple contabilidad, vuelven los factureros, los maquilladores de balances, los trileros del inventario, el trueque y la mangancia. Es lo que tiene subir puestos, que crece el fraude como la espuma. Ya hay anuncios de: “Pymes, le arreglamos la contabilidad”.
MIGUEL CIFUENTES
PERIODISTA