La presidencia de Caja Madrid se está convirtiendo en un culebrón infumable. La guerra entre el alcalde Gallardón, el de “tengo una cabezonada”, y la Sra Aguirre, la lideresa de la Comunidad de Madrid, colocar un amiguete en la presidencia de la cuarta entidad financiera de España, empieza a ser patética.
El alcalde, apoyado, diz que Rajoy, quiere colocar a alguien de su confianza, tipo Luis de Guindos, ex alto cargo de Economía con Aznar, mientras la lideresa madrileña quiere colocar a su segundo, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Nacho González, con curriculo financiero próxo a cero.
El alcalde está empecinado, ha metido en danza al Rey y ha llevado el proceso electoral de la asamblea de la caja a los tribunales. Ahora, vuelto de su delirio olímpico, vuelve a la guerra de la caja.
Hemos escrito que las cajas de ahorro no son un juguete, son fundaciones empresa, nacidas para dar servicios financieros y apoyar políticas sociales. Son propiedad de sus fundadores, empleados y clientes, nunca he entendido que pintan concejales y políticos paniaguados en estas entidades.
Pero desde que la LORCA, Ley de Organos Rectores de las Cajas de Ahorro, metió politicos en las cajas, están locos sentarse en los consejos de administración, para cobrar dietas y gavelas.
La cúpula de las cajas, representada el inefable Sr. Quintás, presidente de la CECA, ha repetido hasta la saciedad que es menester despolitizar las cajas. Naturalmente predica en el desierto.
Las cajas están abocadas a un proceso de fusiones parable, dada la delicada situación financiera de la mayoría. Pues bien, los políticos revolotean alrededor como moscas intentado sacar tajada del nuevo mapa bancario. Hay fusiones, como el caso de Cataluña, en las que los políticos están estorbando al máxo para no perder poder, incluso a costa del buen fin de la operación.
PD) Con razón el gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez, no quiere ni oír hablar de las autonomías en este proceso de fusiones. Ya es suficiente lío hacer fusiones y absorciones de cajas, para tener a estos abejorros políticos enredando.
Estrambote: ¿No fue suficiente con el escándalo de la Caja de Castilla La Mancha?. Hay que recordar que esta caja estuvo dirigida el exdiputado socialista Juan P. Hernández Moltó, que la dejó hecha unos zorros. Fue intervenida el Banco de España y ahora hay que endosársela a una caja sana, con un taco de millones de refresco del Fondo de Garantía de Depósitos. ¿Es que no van a aprender nunca?. Parece que no.
Miguel Cifuentes. Periodista