MEDICINAS EN INTERNET

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Las farmacias ya dispensan, mediante receta médica las medicinas para prevenir la Gripe A, pero muchos no han querido esperar y se han decidido a adquirirlas a través de Intet; grave error que pueden llegar a pagar con su salud o su vida.


Esto de comprar medicinas Intet no es sólo para la Gripe A. De hecho en casi todas las charlas que desde Adicciones Digitales (www.adiccionesdigitales.es)  damos en los colegios y empresas sale el tema, nos preguntan las ventajas de adquirir medicinas más baratas, y los posibles problemas. Y nosotros siempre les decos que, también en Intet, hay que distinguir entre las farmacias legales, que te exigen la receta del médico, y las ilegales, que sólo te piden el número de la tarjeta de crédito. Los adolescentes adquieren otro tipo de medicinas. Eso de la Gripe A les pilla un poco lejos.  Porque lo cierto es que la Red se ha convertido en una superficie comercial de densiones infinitas en la que se puede adquirir todo tipo de productos, desde los más inocuos hasta los más nocivos; medicamentos incluidos. Muchas medicinas se compran a bajo precio y sin receta.

 

Hace una par de semanas, en una charla que partí en un colegio de Aragón, una madre preocupada me preguntaba cómo evitar que un hijo o una hija adquiriese ciertos medicamentos en Intet que no les venden en la farmacia. Tenía miedo la pobre mujer de que su hija tuviese problemas de anorexia o bulia.

 

Bien, en prer lugar para comprar una medicina hay que pagarla, lo que según el dinero del que disponga ese adolescente le será más fácil o difícil adquirirla. La otra posibilidad es que utilice la tarjeta de crédito de sus padres, algo no demasiado complicado, aunque los padres se supone que se enterarán cuando les llegue el extracto y vean que han pagado una determinada cantidad a una empresa en Singapur o Malasia. En ese momento será cuando tengan que empezar a hacer preguntas, que sus hijos pueden estar comprando anabolizantes, para ponerse cachas, o cualquier otro producto para adelgazar, tales como laxantes.

 

En estos momentos se calcula que circulan Intet más de 20.000 medicamentos ilegales. Son ilegales desde el momento que se adquieren sin el concurso de un médico y la farmacia.

Nuestros hijos deben saber que nunca deben comprar medicinas sin el conociento de los padres y deben tener muy claro que si no se venden en la farmacia es que las autoridades sanitarias, muy rigurosas en estas cuestiones, no las consideran adecuadas para nuestra salud. Debemos enseñar a nuestros adolescentes, que los adultos ya son mayorcitos, a hacer un uso racional de los medicamentos y que no acudan a Intet como medio de conseguir lo que el médico piensa que no debemos tomar. En caso de que no nos convenza el diagnóstico y la posterior receta del médico lo mejor que podemos hacer es acudir a otro facultativo para pedir una segunda opinión.

 

En nuestro país está prohibida la venta de medicamentos fuera de las oficinas de farmacia, pero en la práctica es posible y relativamente sencillo conseguir fármacos a través de Intet. Además de ser ilegal, el tráfico de medicamentos en la Red se salta toda la normativa de control sanitario, lo que resulta muy peligroso.

 

Desde luego, son muy variadas las motivaciones que pueden llevar a un consumidor a acudir a Intet para comprar un fármaco: quizá estemos hablando de un medicamento no autorizado en el país, o que necesita receta para ser dispensado o, aún más fácil, es caro y el comprador piensa que en Intet le va a salir más barato. En cualquier caso, la razón que le lleva a buscar una farmacia virtual debe ser demasiado poderosa como para no tarle saltarse las más elementales normas de la lógica y todos los controles sanitarios, que han sido puestos las autoridades sanitarias del país precisamente para cuidar de su salud.

 

La mayoría de las páginas web que venden medicinas facilitan información muy incompleta, generalmente en inglés, y eso cuando hay prospecto, que no es siempre. No hablan de posibles efectos secundarios o interacciones con otros productos. Suelen llegar sin el envase original, envueltos en papel de periódico, faltan pastillas o han sido manipuladas para que parezcan lo que no son. No es raro que se venda Viagra que no es tal, sino unas pastillas que han pintado de azul en vete tú a saber qué país del sudeste asiático. A veces se reciben los envases abiertos o incompletos, con un número de grageas distinto al normal, con el prospecto pegado con un celo o completamente deteriorado. Está claro que ésta situación no ofrece ninguna garantía de conservación ni tampoco sanitaria del producto que suele llegar a nuestro país de lugares como Tailandia, las Islas Fidji, Estados Unidos, Brasil o Nueva Zelanda, cuyas webs ofertan desde Viagra hasta  andrógenos, anabolizantes o antihistamínicos sin el menor control médico. Vete tú luego a protestar a esos países de que te han enviado algo en mal estado o que le ha provocado la muerte a un familiar tuyo.

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