Bombas de insulina, un paso más en el control de la Diabetes

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Un cuarto de siglo viviendo con Diabetes te convierte en experta de la enfermedad. Quizá eso ahora Sonia Antón es Product Manager de una de las principales marcas internacionales de bombas de insulina. Le diagnosticaron diabetes cuando tenía diez años y empezó pinchándose con jeringas de plástico. Hoy es una gran defensora de la últa tecnología en inyección, ‘hace nueve años me cambió la vida, la bomba me da libertad y flexibilidad de horario’, asegura.

 

La diabetes afecta a

285 millones de personas

y se espera que llegue a

los 440 millones en 2030

Sus 25 años como Paciente le han servido para darse cuenta de que ‘la Diabetes no tiene cura‘ pero ‘hemos avanzado mucho en la enfermedad’. El tratamiento con bombas de insulina ha sido para ella lo más significativo desde el descubriento del fármaco. En una sociedad acostumbrada a los aparatos electrónicos, su manejo y tamaño se parece mucho al de un teléfono móvil, en el que la educación y la formación del Paciente se convierten en la mejor arma para controlar el nivel de azúcar en sangre.

 

La bomba tiene un depósito silar al de una jeringa que suministra la insulina a través de un catéter. Este cartucho puede durar hasta una semana y lo único que se cambia cada tres días es la aguja. El aparato está programado para regular la insulina basal las 24 horas del día (la que debería fabricar el páncreas independientemente del alento que se ingiera). Para las unidades extra del fármaco antes de cada comida el médico programa unos valores con unas cantidades. Además, la marca comercial Roche prepara una bomba para finales de este años que incluirá otros parámetros como el estrés, el síndrome menstrual, la fiebre, la temperatura…

 

 

A mí me ha dado libertad, además de que he pasado de tres, cuatro y cinco pinchazos diarios a sólo uno cada tres días. Además tengo muchas menos hipoglucemias que con la bomba puedes controlar el factor sorpresa. Esto no sólo te afecta a ti, también al entorno, a tus amigos, a tu familia, en el trabajo…‘. La aguja está siempre pinchada al cuerpo, normalmente al abdomen o al muslo, y el catéter se conecta como un clip. ‘Te lo puedes quitar siempre que quieras, durante unas horas, unos días, para ducharte, para hacer dete de contacto…‘.

 

“la diabetes es la verdadera pandemia del siglo XXI”

“bajar de peso y hacer dete reduce la tasa de diabetes”

 

A Sonia le gusta hacer dete y desde hace nueve años los domingos la mañana sale a caminar en lugar de quedarse viendo la tele. Para ella cambiar los planes ya no supone un problema pero manejar su ‘páncreas artificial’ requiere educación y formación. ‘El único que puede decir si uno es candidato es uno mismo. Es el médico el que prescribe la bomba pero es el Paciente el que debe aprender a usarla. Las casas comerciales suelen hacer programas de educación en este sentido. Una vez más la educación es la pata de la diabetes’.

 

España no es un país pionero en esta tecnología, para muchas personas todavía ‘nueva tecnología’. ‘En países como Estados Unidos, Holanda o Alemania, el 20% de las personas con Diabetes lleva bomba de insulina, frente al 3% en España que además se lita a los Pacientes Tipo 1′.

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