El director de Comunicación que decidió no vender su alma al diablo

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Para los amantes y seguidores de la famosa serie de televisión “El Ala Oeste de la Casa Blanca” o “The West Wing”, este libro será la traducción exacta al papel, de lo que han visto en televisión. El gran mérito entre otros muchos de esta obra publicada en 1999 es que el autor recrea con todo lujo de detalles la vida en la Casa Blanca. Matizo: llegas a conocer a la perfección “la vida y milagros” de los miembros más tantes del Equipo de Bill Clinton. Tanto de aquellos que (como David Wihelm y James Carville, junto a G. Stephanopoulos) hicieron posible la prera victoria electoral de Clinton, en noviembre de 1992, como de los que, desde dicha fecha hasta diciembre de 1996 (cuando el autor abandona la Casa Blanca) trabajan día y noche para hacer realidad la visión política de Clinton, incluso a pesar de Clinton. (Con sus escándalos constantes de todo tipo, no sólo sexuales, Clinton parecía empeñado en arruinar su propia Presidencia).

 

 

Confieso que leí este libro varios años después de haber sido publicado, en contra de mi costumbre de comprar un libro, y estudiarlo, nada más salir a las librerías. En este caso, mi fascinación el Presidente Clinton me llevó a leer, en 2004, su autobiografía en un par de ocasiones. La segunda lectura, mientras descansaba en el Cortijo de unos íntos amigos en la Semana Santa de aquel año. Mis amigos no entendían qué, en vez de dormir, devoraba las páginas de la autobiografía del, para mi gusto, uno de los mejores Presidentes de Norteamérica del siglo XX. Pero claro, como todos, también Clinton tenía sus defectos. Algunos defectos, conocidos casi más de la mitad de la Humanidad, que ya es decir.

 

 

Una de las cosas que me llamó la atención en “My life” (Bill Clinton, 2004) es que, a toro pasado, pide perdón a su prer Jefe de Prensa, George Stephanopoulos, ” haberle puesto enca demasiada presión”, durante los años que trabajó para él (entre septiembre de 1991 y diciembre de 1996, cuando Stephanopoulos dite y abandona la Casa Blanca). Clinton piensa que los problemas personales de Stephanopoulos (su Senior Political Advisor y Communications Director), fueron consecuencia de las excesivas cargas de trabajo que él, Clinton, como Presidente, puso sobre los hombros de su colaborador.

 

 

Con la fama que Clinton (los dos Clinton) tenía de quemar a sus equipos, matándoles a trabajar, las “apologies” (disculpas) del Presidente me llamaron poderosamente la atención. Más aún, Clinton también hace referencia en sus memorias, a la tormentosa relación que tuvo, durante muchos años, con su particular Pedro Arriola, Dick Morris, el encargado de las encuestas para el Presidente; quien, en varias obras publicadas, se despacha a gusto de los Clinton y “ajusta cuentas con ellos”. En otras palabras, Morris habla muy mal del matronio Clinton. Aunque esto es objeto de otro artículo.

 

 

Dos referencias tan concretas de un Presidente tan polémico y polarizador, como Bill Clinton, a dos de sus colaboradores “acusándose a sí mismo de quemarlos” (profesionalmente, se entiende), ya eran demasiadas, como para no despertar mi atención. Así que decidí leer las obras de Stephanopoulos y de Morris. En este artículo, me referiré solamente a la del Dircom, es decir, a la del prero.

 

 

Llama la atención la transparencia con que Stephanopoulos habla de sí mismo: sus problemas con la bebida, su parálisis facial, debido al estrés que le causaba trabajar para Clinton y, en últa instancia, su depresión. En una sociedad, y en un mundo orientado a la comunicación, y al “venderse bien”, no es habitual encontrar un personaje conocido capaz de desnudar su alma ante el público.

 

 

La historia comienza en septiembre de 1991, cuando el autor y Clinton se encuentran vez prera. Y el relato acaba en diciembre de 1996, cuando G. Stephanopoulos dite de su trabajo en la Casa Blanca. Entre ambas fechas, median dos campañas electorales, vitales para la vida política de Estados Unidos: la de 1992 (que celebré en la fiesta que organizó en Madrid la Embajada americana en España, en el Hotel Intercontinental de Madrid) y la de 1996. Conocemos a un Stephanopoulos que comienza como Jefe de Prensa de Clinton, a las órdenes de Dee Dee Myers, y acaba como Senior Advisor on Policy and Strategy.

 

 

Más allá de conocer las interioridades del trabajo de los más estrechos colaboradores de Clinton, con muchíso lujo de detalle, éste es un libro cuya columna vertebral no son los datos, sino un formidable dilema moral: Stephanopoulos es un hombre extremadamente religioso (que estudió Teología ortodoxa griega y pensó en hacerse sacerdote de dicha religión) que tiene que elegir, entre continuar en el trabajo de sus sueños, o traicionar su conciencia. El autor, finalmente, se decide la mejor opción: quiere tener la conciencia tranquila y resuelve su profundo conflicto moral ditiendo de su puesto.

 

 

Stephanopoulos es claro y directo: “Clinton es un hombre muy complicado. Responde a las presiones y placeres inherentes a la vida pública de una manera, que es tan presionante como repulsiva”.

 

 

He aquí al Director de Comunicación que prefirió no vender su alma al diablo. La apuesta, incluso profesionalmente, le salió bien. En 1997, Stephanopoulos empezó a trabajar en la Cadena de Televisión ABC. Hoy, es uno de los hombres más influyentes de América, con más de media docena de programas dirigidos o participados él, en dicha cadena. Es News’ Chief Washington Correspondent y presentador de “This Week with George Stephanopoulos”, uno de los más afamados y con más altas audiencias “Sunday morning talk shows” de las televisiones americanas. En “The Week”, Stephanopoulos ha entrevistado a todos los políticos más influyentes de Washington, y de medio mundo, desde 1997 hasta el día de hoy. Tiene 600.000 seguidores en Twitter.

 

 

Su éxito profesional es una lección de humildad para aquellos que, siendo poderosos en un momento dado, maltratan a los que tienen debajo. Como recomienda un influyente amigo mío, “trata bien a todo el mundo, que nunca sabes con quién, y cómo, te vas a encontrar en el futuro”.

 

 

El libro, publicado en octubre de 1999 Back Bay Books, puede comprarse en Amazon 21,40 dólares, en su versión de “tapas duras”, que es la que recomiendo.

 

Jorge DíazCardiel

Director Corativo y Opinión Pública

Ipsos Public Affairs España

 

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