Historias de la Manchega: cuando el corporativismo brilla por su ausencia

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CAPÍTULO V. Octubre de 2.009, sede de ADECEC. Miembros de la junta directiva de la asociación piden explicaciones a su vicepresidenta, Carmen Álvarez, haber difundido los resultados de un estudio en el cual la entidad había colaborado. ¿El motivo? Un pacto tácito el cual los asociados se comprometían a esperar hasta una puesta en común de los resultados para desarrollar cualquier actividad de comunicación. Nuestra protagonista, indiferente a las críticas, afirma sin rubor que ella no ha quebrantado ningún acuerdo, puesto que ha comprado la información ‘y hace con ella lo que quiere’.

 

Estos son los modos y maneras de nuestra protagonista, cuya responsabilidad hacia el sector brilla su ausencia. A pesar de que técnicamente no incumplía ni el acuerdo tácito alcanzado con su competencia, ni el explícito con la consultora encargada del informe (el cual constaba de dos partes: una común a todo el sector que no se podía revelar y otra específica de cada agencia que fue la que se difundió), lo cierto es que ninguna de las empresas particpantes en el mismo efectuó comunicación alguna, esperando la presentación oficial.

 


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Sin embargo, cuando Álvarez abrió la veda con una nota de prensa que fue acompañada una campaña publicitaria intensiva en medios económicos tradicionales, aquellos que decoro guardaron silencio pidieron explicaciones a los plicados, entender que se había incumplido un acuerdo de caballeros que todos debían respetar. Ante la respuesta de La Manchega, compañías ADECEC y no ADECEC pusieron en marcha sus estrategias de comunicación, aún a sabiendas de que partían en clara desventaja con quien había ‘reventado’ el estudio.

 

Este es otro buen ejemplo de cómo nuestra protagonista (que cierto, según nos cuentas incumple la normativa que prohíbe fumar en el puesto de trabajo) es capaz de pasar enca de compañeros y proveedores con el único fin de incrementar su aureola personal.

 

Seguiremos Informando…

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