No voy nunca a los toros, ni tengo interés en asistir a una corrida en los próxos meses y/ o años, pero, si la votación celebrada en el Parlament significa que se va a prohibir la mal llamada “Fiesta Nacional”, los protaurinos se han ganado un decidido defensor de sus postulados en los próxos años .La penosa intervención de Doña Anna Molà, que nos dijo, que a los toros, solo van los no catalanes, entendiendo que entre éstos están los que no hemos nacido en Catalunya y aquellos que invierten su dinero de ocio para ver a José Tomás, viniendo desde cualquier lugar del mundo a gastarse sus dineros aquí y que además a esta “intolerante oradora” le ha seguido la bochornosa votación mal llamada ” en conciencia” y supuesto secreta, de Señorías con evidente sentido del otunismo político, que nos dejan a los pies mediáticos de quienes nos sitúan en el extremo de la intolerancia, de la radicalidad y sobre todo, de algo tan vergonzoso como es el atropello de las minorías, un asunto muy serio, que denota nuestra decadencia como sociedad civil. Les guste o no, a los partidarios de la elinación de la fiesta de los toros, a muchos demócratas, la peregrina decisión, nos coloca en el disparadero de la desconfianza de que cada día damos pequeños pasos hacia el Gran Hermano que nos anunciaba George Orwell. Son ya demasiadas prohibiciones en nombre de causas, tan nobles, como la Ecología o la Protección Anal poner ejemplos claros y recientes, como para que no sintamos en la nuca el frio del miedo a una sociedad perfecta de clones, que comen determinados alentos, viajan a velocidad programada, y se divierten de la misma manera, que alguien así lo estableció parlamentariamente en un tiempo pasado. Democráticamente también se llegó al nazismo y hoy, todavía, seguos hablando de los campos de exterminio. ¿Les parece exagerado?. Pues así también lo debieron entender los alemanes que votaron al Gran Dictador cuando veían salir del piso de abajo a su vecino judío con destino desconocido. Hoy sus descendientes todavía se lamentan de la falta de perspicacia histórica de sus abuelos, que no supieron protestar lo que tenían ante sus ojos y que era tan evidente. O sea que, desde mi plataforma inferior de catalán no nacido en Catalunya le digo a la Sra. Molà y a quienes la han votado en el Parlament, que aunque no me guste la Fiesta yo digo SI a los toros en Catalunya y que lo pienso defender como si fuera el pro hermano de Curro Romero y Olé.
Manuel Fernando González
Editor
www.catalunyapress.cat
www.pressdigital.es