Intet, gnasios, o farmacias ilegales son algunos de los espacios en los que 1 de cada 3 españoles ha obtenido un medicamento de prescripción sin receta. El aumento de la adquisición de estos fármacos de manera ilícita provoca un aumento de la producción y distribución de medicamentos falsificados. En España se esta que el mercado negro farmacéutico puede mover alrededor de 1.500 millones de euros.
Según el estudio Cracking Counterfeit Europe encargado Pfizer, 1 de cada tres españoles reconoce haber comprado medicamentos con prescripción de manera ilícita, lo que significa que unos 11 millones de personas en nuestro país han practicado este consumo de riesgo. A sple vista el dato parece exagerado, pero, ¿quién no ha tomado nunca un medicamento prescrito para otro familiar u amigo siguiendo el consejo de, ‘a mí el médico me lo recetó, y me fue bien’?.
Los riesgos de consumir un fármaco de prescripción sin el diagnóstico y tratamiento del médico, pueden ser muy variados. Pero si la adquisición de estos medicamentos se realiza a través de canales ilegales, los riesgos se multiplican. Según Francisco J. García Pascual, director de Comunicación y Responsabilidad Social Corativa de Pfizer, ‘Lo mejor que le puede pasar a un paciente que adquiera un medicamento a través de medios ilícitos es que no le pase nada’.
El precio, la rapidez de su adquisición, la creencia de que el médico no le va a prescribir el fármaco, la vergüenza, y la fobia social son algunos de los factores que pulsan a 1 de cada 10 personas que han admitido comprar medicamentos de prescripción a través de prácticas ilícitas, a utilizar la red como canal de adquisición de medicamentos que necesitan prescripción. En este sentido, los medicamentos más demandados a través de la red son los tratamientos para la gripe, las pastillas para adelgazar, medicación para dejar de fumar y para la disfunción eréctil.
Según Ana Pastor, vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFyC), el consumo de estas sustancias supone un riesgo para la salud pública y para evitarlo hay que fomentar la comunicación médicopaciente. ‘La legislación de los medicamentos está regulada la EMEA y la Agencia Española del Medicamento. Hay un seguiento a largo y medio plazo. Incluso hay medicamentos aprobados estas instituciones que hay que retirar del mercado los efectos adversos que producen’ explica.
Según la OMS, uno de cada 10 medicamentos que se comercializan en el mundo son falsos. Esta proción puede alcanzar el 50 ciento en los países en desarrollo. Las diferencias entre un medicamento auténtico y uno falsificado se pueden encontrar en su composición, aspecto físico y sobre todo, y sobre todo en la seguridad y en la eficacia. Según la OMS, las irregularidades más frecuentes de los medicamentos falsificados además del embalaje y del prospecto, son la cantidad incorrecta del principio activo, si de hecho le contiene, y la posible composición con productos tóxicos, como pintura industrial, raticidas o ácibo bórico.
El mercado del medicamento falso está en aumento, y su creciento es parable. Según los datos de la Comisión Europea de Industria del número de medicamentos falsos descubiertos en las fronteras europeas, el número de entrada en los países europeos se puede estar multiplicando 7 cada dos años. En España el mercado de medicamentos falsos se esta puede alcanzar los 1.500 millones de euros, y a nivel global este mercado podría facturar alrededor de 75.000 millones de dólares.
Ante esta situación, Francisco J. García Pascual es claro al respecto: ‘No se trata de un bolso falso, estamos hablando de poner en riesgo nuestra salud’, declara.
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