- Barack Obama ya está en la senda de ser el prer presidente norteamericano que ha sido capaz de convencer a los demócratas, y algún que otro republicano, para hacer que la Sanidad sea accesible. A partir de ahora, los estadounidenses podrán acceder a una sanidad sin tener una tarjeta de crédito. Obama ha vuelto a hacer historia.
Con 212 votos a favor, empieza el recorrido de una reforma sanitaria que durante meses ha tenido multitud de detractores y otros tantos a favor. Entre los preros, pensaban que se iba a sufragar abortos y eutanasias con dinero del Estado, mientras que los segundos conseguían que aquellos 30 millones de personas pudieran acceder a una sanidad de calidad, se tenga o no dinero.
Pero la reforma también afectará a los que tienen seguro médico a través de sus compañías. A partir de ahora, las aseguradoras no podrán negar el tratamiento a un enfermo el hecho de ser costoso o estar gravemente enfermos. Además, si estas personas pierden el empleo seguirán teniendo derecho a recibir la misma sanidad de la que disponían cuando tenían aseguradora.
Sin embargo, esto no significa que la Sanidad sea universal. Todos los ciudadanos tendrán que contratar una póliza privada, (se elina el seguro público su escasa aceptación) pero que contarán con subvenciones estatales que hasta ahora no podían pagarla. No estarán dentro 11 millones de personas indocumentadas además de otro 7 millones que no tendrán acceso y en este grupo se encuentran los jubilados y las familias debajo del umbral de la pobreza.
Uno de los grandes retos es la financiación del sistema. Aunque al principio se tendrá que desembolsar una gran cantidad de dinero, se prevé que se autofinancie además de ayudar a reducir el déficit público en más de 140.000 millones de dólares.
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