- Esta semana es la últo de la televisión analógica en España. Nace la TDT, pero lo hace todavía con muchas tareas pendientes como el escaso desarrollo de la TDT local, la baja calidad de los contenidos y el nulo desarrollo de la TDT de pago.
Hablar de TDT es hablar de la nueva televisión. Nuevos canales, mejor calidad de agen y una cobertura territorial pecable, caballos de batalla de la administración y las televisiones para seducir a los telespectadores. Lo cierto es que a partir de esta semana ya nadie verá televisión analógica y al parecer la mayoría de la población está antenizada y con su respectivo decodificador en sus televisores.
Éste es quizás el principal triunfo de la nueva tecnología. Casi toda la población (el 98%), a excepción de algunos puntos negros heredados de la televisión analógica, está en condiciones de ver la TDT y más del 90% ya puede verla sin problemas. Ellos tienen mejor calidad de agen y una oferta televisiva que en algunos casos cuadruplica la ya existente. Esta diversidad de oferta es también un punto positivo para los anunciantes, que no terminan de llegar a las nuevas cadenas, pero que encuentran en ellas una mayor segmentación de públicos y ofertas.
Hasta aquí lo bueno. Dentro de lo malo encontramos problemas que han sido transversales y que la transición a la TDT no ha resuelto. El principal es el nulo desarrollo de la TDT local. En comunidades como Asturias, Cataluña, Valencia prácticamente no hay cadenas locales, ya que casi todas las empresas concesionarias han renunciado a sus licencias. La crisis de publicidad les ha pedido sacar adelante sus cadenas en un problema del que ninguna administración se ha hecho cargo.
Pero no es la única traba. Otro de los temas pendientes es la escasa calidad de los contenidos que las teles han sacado finalmente al aire. Muchas se han convertido en un mero repetidor de series antiguas y programas enlatados del recuerdo. Los pocos que han apostado producción propia, lo han hecho con espacios de bajo coste y sin mucho convenciento. En estos momentos las cadenas nuevas no superan el 2% de emisión en el caso de las más vistas, ya que las grandes audiencias se las siguen llevando los mismos canales analógicos de siempre.
Un tercer punto en discordia es el fracaso de la interactividad. NO hay prácticamente ninguno de los decodificadores comprados que permita utilizar los servicios interactivos uso de intet, pasarelas de pago, interacción con la administración que ha pulsado el Gobierno. Las cadenas tampoco se han puesto a pensar en estos contenidos y en estos momentos nadie apuesta ellos. ¿Decodificadores de segunda generación? En estos momentos nadie piensa en ellos.
¿Y la TDT de pago? Otro fracaso. El Ejecutivo la aprobó después del verano bajo la premisa de que era una demanda de todas las televisiones. Seis meses después sólo GOL TV opera bajo esta modalidad y ninguna otra cadena ha manifestado intenciones de montar ofertas silares. De momento, no hay ninguna tele en mente.
Seguiremos Informando…