Andamos en Catalunya, con la mosca tras la oreja, tras las declaraciones a Catalunya Radio del Juez de la Audiencia de Barcelona Santiago Vidal, quien aseguraba a los oyentes matutinos de la radio púiblica catalana que, tras conversar con varios compañeros del mismíso Constitucional y de algunos otros que conocen bien la cuestión pendiente, la sentencia sobre el Estatut llegaría esta misma semana y que ésta recortaría 18 articulos del texto estatutario, especialmente en el ámbito judicial, donde Sus Señorías no quiere ni oír hablar de aprender el catalán y mucho menos de estructurar una Justicia catalana que disponga de la misma autonomía que tiene ahora mismo la Generalitat . No han sido pues, las cosas que nos ha contado el Magistrado Vidal, de menor calado, lo que no hay que tomárselas como un rumor más, sino la certeza de que a los que nos llaman “els altres catalans” nos vamos a cabrear dos cosas: Una, que no nos gustará nada una sentencia de esa naturaleza. Y dos, que vamos a escuchar durante un largo periodo de tiempo y de nuestro compatriotas “los independentistas” el sonsonete aquel que dice: ¿Veis como con España no se puede llegar a ningún acuerdo que beneficie a Catalunya? En ambas situaciones, no tenemos otra salida mas que la de mantenernos firmes en nuestras convicciones federalistas y a partir de ahí seguir peleando, para que unos y otros no nos hagan perder el rumbo y el sentido común, que es lo único que nos queda, además de lamentar el día en que los demócratas no les metos mano al Poder Judicial como si se hizo con el Ejército, que hoy, sin ser un dechado de perfecciones, funciona a años luz de aquel que nos dejó la Dictadura, que era carca y golpista. Por no saber cambiar a tiempo las personas y la estructuras que hacen funcionar la Justicia en nuestro país, es lo que hoy tenemos un sistema obsoleto, que cada vez esta mas alejado del sentir de los ciudadanos que debieran ser los prero y únicos beneficiados de una estructura que a todos nos parece tan lenta como costosa. Esta vez, me duele el alma al escribirlo, es posible que disentir de una sentencia presumiblemente tan injusta, no va a ser suficiente, y que, lo tanto, la que se puede armar es de padre y señor mio.
Manuel Fernando González Iglesias
Editor y Director
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