De los Reyes Magos, el que más tirón tiene es Baltasar. Con eso de ser el últo de los tres, los niños siempre le esperan con afán. Lo mismo le sucede a un juez, que dice de sí mismo ser un hombre normal y que pasa taquilla como cualquier bicho viviente. Eso, en el devenir de nuestros días, no solo es normal, sino que empieza a ser habitual. Estar en los medios haber cometido cohecho, prevaricación, y todas las permutaciones que usted quiera con los fondos públicos, es, a nuestro modo de entender el “savoir faire” de muchos de los que se sientan en el banquillo.
Atrás quedaron los juicios de los raterillos que mangaban en el autobús media docena de carteras, esos que robaban el Agua Velva en un gran almacén y salían corriendo cuando gritaban los que vigilaban, “pasma, que viene la pasma”.
Ahora, en el siglo de las comunicaciones, en el siglo de las redes sociales, todos estamos conectados el dos punto uno, Factbook o el banquillo, según se tercie el día. Y si es normal, ¿ qué tenemos que montar la marorena con el mister?
Carrillo, el hombre que sigue con el puro desde el 39 y que salió pitando antes de que el dictador Franco le pusiera contra la pared, ve, oye y no calla. Habla de las dos Españas, las mismas de Machado; esas a las que nos referos de tarde en tarde que aquí, la vida no ha evolucionado, al menos en materia política. Mientras sigamos con las rencillas de la guerra civil, esa que nuestros jóvenes no estudian en su querida Logse, mientras no sepamos qué se cuece en otras ollas, que sí evolucionan con los tiempos, seguiremos manifestándonos para decir “Garzón, Garzón” o “Franco, Franco…” mire usted dónde estará el buen hombre. Ahora de Franco solamente sabemos que tiene una familia que lo mismo nada en el Cantábrico, que toma chupitos, que saca una pistola, que se divorcia veinte veces y lo vende, y esas tonterías que nos venden en la caja tonta. Las personas de esta época desconocen cuáles fueron los crímenes del franquismo y creen que se remontan al pleistoceno cuando oyen hablar de la guerra. Siempre la guerra.
Garzón que lo mismo está de ganador y colocado o de hombre juzgado, se encuentra declarando prevaricación y cohecho derivados de haber organizado dos cursos en la universidad de Nueva York, patrocinados el amigo Botín. Entre gritos y pitos, se ha escuchado la palabra inocente, frente a la queja de su defensa que le parecía que el respetable solamente insultaba a su defendido. Se han escuchado palabras fuera del argot de los tribunales. Formas y expresiones propias de un bar, ese en el que se cuecen todas las ollas y negocios en esta España nuestra. “Puso la mano”, “le untaron o se dejó sobornar”, es algo que empieza a ser natural en el orden del día. Ahora la prensa será informada de la causa escrito en un informe en el que se plasme lo acontecido. Y mientras en mi Buenos Aires querido, la querella crímenes franquistas avala a Garzón. El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel dice que ” No ta que los responsables estén muertos, solamente ta la verdad.”
Y mientras todo eso sucede, la pravera llena de agua los pantanos de Madrid mientras la presidenta, Esperanza Aguirre ve cómo caminan hacia ella siete alcaldes del sur. La bandera republicana se despliega en medio de la Puerta del Sol 79 años más tarde y 79 metros de color, rojo, gualdo y malva. La República es la forma natural de gobernar, proclaman, el Hno de Riego es cantado y el puño derecho en alto, todos a una, como Fuenteovejuna. Y ahora, al que le reclaman las cuentas es a Su Majestad. Empleados de Correos se manifiestan contra el apagón postal si Pepiño no negocia con ellos y sigue lloviendo en Madrid. Y ahora en la Operación Bomsai; aparece el sépto arrestado en la trama balear…Yo creo que le vamos a tener que pedir a Obama que nos deje sitio en sus cárceles, que aquí, no hacen más que salir chorizos. Se multiplican como los panes y los peces y Moratinos se trajo gente de Guantánamo y aquí nos empiezan a faltar celdas y banquillos.
Que se haga justicia. Eso, es lo único tante de todo este follón. Se lo pediremos a los Reyes Magos, a ver si con un poco de suerte nos la traen. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos adquiere el archivo de Twitter y conservará los mensajes públicos desde el naciento de esta red social. Ya verás cuando lean los de los españoles…
Ana De Luis Otero
Periodista