ARGENTINA DEGRADA SU TELEVISIÓN

carlos_GZLEZ
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Cuando la cantidad de audiencia es la única prioridad y vale todo para captar televidentes el abismo está próxo, es fácil desbarrancar y perderse en un laberinto burdo y patético de violencia, morbo y golpes bajos.

 

“¡Es un golazo!” (exitazo) Celebró el productor de un programa argentino para cerrar un bochornoso espectáculo de puñetazos, patadas e insultos transmitido en vivo. Un grupo de productores de teatro, invitados al canal Crónica TV de ese país, zanjó sus diferencias al aire con la audiencia como testigo y la conductora como instigadora.

 

Las recrinaciones iniciales se transformaron en insultos, estos en amenazas que dejaron lugar a posiciones de combate, hasta que alguien entró al plató e inició el episodio de agresiones. La escena culminó con los protagonistas nuevamente sentados analizando los sucesos y exhibiendo los magullones producto de la pelea. Todo en vivo.

 

El share minuto a minuto también define los contenidos de los telediarios en Uruguay. La violencia vende, eso los retajes de sucesos suben a tada y acaparan hasta 30 minutos desbordantes de sangre y morbo. Los cronistas hacen malabares con las palabras para estirar cada detalle mientras la voz del pinganillo le ordena continuar que el público aumenta. Incluir música circunstancial es la moda para dramatizar aún más la secuencia.

 

“Mostramos lo que el público quiere ver”, se justifican los editores satisfechos que su fórmula tiene éxito, cuando el objetivo es aumentar el número de televidentes a cualquier coste. Por otro lado, la audiencia critica estos contenidos en público, aunque los consume en privado y comenta cada episodio en todos los bares y oficinas.

 

Cuando se exhiben producciones de buena calidad, que respetan la inteligencia del público, la audiencia responde. Existen muchas pruebas de ello, una de las últas en España es la evolución del segmento de los vies la noche. El monopolio de los programas del corazón claudicó ante La Hora de José Mota, una apuesta al humor inteligente e irónico alejado del cotilleo, los toreros y las tonadilleras.

 

La elección de la telebasura o el periodismo espectáculo es un atajo sple para crear éxitos efímeros que apuestan a la chabacanería y el golpe bajo para captar la atención. Como la apuesta es vacía de contenido y hay que evitar que el entreteniento cese, se hace necesario aumentar las dosis de grosería, ordinariez y mal gusto  para mantener la tensión.

 

Prero fueron los romances del mundo del espectáculo, luego la vida privada de los famosos y sus familias, ahora el show llegó a las noticias; cualquier vulgaridad vale para montar una obra que mezcla surrealismo, comedia y humor fácil. El circo está armado y tiene funciones todos los días en horario central. Mientras dura la representación, provoca tristeza, emoción e indignación en ciones bien administradas para mantener al televidente hipnotizado frente a la pantalla.

 

Como entreteniento estaría bien, el problema es que en muchos casos las historias son de verdad y los personajes de la vida real.

 

CARLOS GONZÁLEZ PALACIOS

Periodista

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