La internacionalización es posible para todos

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Las Bodegas de Jesús Díaz son un ejemplo de cómo universalizar una empresa pequeña y familiar.  Llevan desde finales del siglo XIX elaborando vinos, y desde hace algo más de uno, sus morapios se venden en Estados Unidos.  Y no sólo han cruzado ‘el gran charco´, sino que en Alemania hace bastante más tiempo que ya conocen sus vinos.

 

 

Hace más de 4 años,  un español que conocía las bodegas y que reside en Alemania empezó a comprar botellas para luego venderlas allí.  Poco después,  la familia Díez decidió dar un paso más y se inscribió en el Programa PIPE (Plan Iniciación Promoción Exterior) promovido el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.  Aquí es donde empezó su verdadera universalización  tal y como explica a prnoticias Antonio Díaz, uno gerente de las bodegas (es la cuarta generación de la familia que comenzó con este proyecto) ‘entramos en el programa PIPE de internacionalización de la pequeña y mediana empresa y desde entonces estamos más asentados. Conocos, a través del programa, a una chica que trabaja en Estados Unidos y nos mueve el 90% de todo nuestro mercado internacional´.  El siguiente paso será llevar el vino de las bodegas a América Latina y no se descartan nuevos destinos.


Pero esto no es suficiente, asegura  Antonio a prnoticias. En su caso, en muchas ocasiones los clientes extranjeros vienen a conocer la bodega, se trata de hacer ‘una labor de g como Dios manda´.  No sólo se dedican a producir vino o enseñar las instalaciones, sino que organizan catas de vino, degustaciones,  e incluso menús. ‘El año pasado nos visitaron unas 4.000 personas´. Para darse a conocer Intet ha sido una gran ayuda pero no la única ‘A través de la página web contacta mucha gente. Además la oficina de turismo de Colmenar de Oreja incluye visitas a una bodega de la zona en las excursiones que se acercan hasta aquí, que puede ser a nuestra bodega u otra. Y también trabajamos con Agencias de Viajes. Hacen paquetes de excursiones con extranjeros o españoles y dentro de la ruta del sureste se acercan a Colmenar y ven una bodega del siglo XIX en funcionamiento con   mentalidad del XXI´.  En el año 2009 la mayoría de los visitantes fueron españoles, pero  normalmente son los ciudadanos de los países nórdicos, como finlandeses, suecos noruegos, aunque como explica Antonio ‘hemos tenido visitantes de prácticamente de todo el mundo´.

 

 

 

 

Uno de los encantos de las Bodegas Jesús Díaz es que aún mantienen el método tradicional en la elaboración. Las vasijas son del Siglo XIX, pero están adaptadas a la actualidad gracias a las nuevas tecnologías. Así, además de lograr un gran vino, cada rincón de este antiguo convento irradia historia y aromas.

 

 

DESDE LA VID AL SUPERMERCADO

 


 

Las bodegas Jesús Díaz, cuando tienen su nivel de producción al máxo pueden trabajar 500 mil Kilogramos de uvas  al año (500.000 litros de vino).  Un 80% se dedicará al vino tinto y el resto a los blancos y rosados.  La demanda de sus morapios va en aumento, ejemplo, como explica Antonio, en el caso de los espumosos ‘nuestra cuota de mercado son entre 2.000 y 2.500 botellas al año, antes estábamos en 500´.

 

Seguiremos informando…

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