OJALÁ QUE LLUEVA CAFÉ

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“Volare, oh, oh, Cantare, oh, oh, oh, oh!” Así hemos acabado los europeos dispuestos a mirar hacia arriba a ver las cenizas volar. Y si de volar se trata, el mundo entero se dispone a incomunicarse gracias a las noticias de las cancelaciones de los vuelos internacionales. No se puede uno mover y no nos moverán que ante la madre naturaleza el hombre solamente contempla.

Una vez más, y no será la últa, en el siglo de las comunicaciones, no podemos ir de un lado a otro que dependemos de un volcán. Intet nos informa, las noticias lo relatan y nosotros esperamos a que pase como si de un vendaval se tratara. Una cosa más y ya van no sé cuántas, en este año diez que solamente habla de turbulencias y crisis. Los terremotos han asolado el universo, ahora un volcán en erupción, lluvias torrenciales, nieve y más nieve, y todos expectantes, como siempre, en un sillón.

 

Y en el aire, han muerto cuatro militares españoles en un helicóptero. Su único viaje fue para ayudar en Haití, y la vida que es contradictoria siempre, les deja en tierra y pierden la vida. Carme, se lamenta, y cómo no, va a recogerles para traerles a casa.

 

Y como volando voy, volando vengo, la historieta de las cenizas, que empezó con un bulo acerca de la cancelación de algún vuelo, ha llegado a 82.000 cancelaciones, 6.8 millones de pasajeros y un caos que se cuestiona llegado el caso. Eso ha supuesto que la prera sesión bursátil de la semana en los mercados se ha decantado cotizaciones a la baja y poca relevancia en las aerolíneas. Se buscan soluciones pero tenemos que esperar a que la madre naturaleza responda. La idea es flexibilizar el protocolo sin poner en riesgo la seguridad de los pasajeros y reducirían el espacio aéreo prohibido a los vuelos comerciales en Europa.

 

Aquí abajo, unos que tienen altos vuelos son los peperos. Mariano se niega a apoyar el Estatut catalán. Aguirre comenta que José Luis les metió en el lío, y para líos, los de la trama Gürtel con el abandono de sus escaños de Bárcenas y merino una semana después de abandonar la militancia.

 

Por otro lado, y sin que sirva de precedente, Miguel Sebastián, quiere pulsar una legislación común antipiratería en la UE. Para compatibilizar los derechos de autor con la libertad y los derechos de los usuarios. Muchos derechos en un espacio enorme como es Intet. Y ahora, Ramoncín, se baja del burro y se arrepiente de su defensa del canon digital la falta de apoyo de sus colegas. Ahora luce camiseta en ristre, “Ya no soy directivo del la SGAE”, ya verás cuando le vea la de la Bardemcilla, dónde le pone. Va a volar los aires, con ceniza y todo.Y mientras miramos al cielo a ver qué cae, la morosidad en los bancos y cajas vuelve a subir en febrero. Los créditos de dudoso cobro aumentan hasta el 5.38 % con 98.010 millones de euros, total ná.

 

Un canto de esperanza Haití suena en los aires de Santo Domingo. Alejandro Sanz, Enrique Iglesias, Luis Fonsi, Juanes, Miguel Bosé y Juan Luis Guerra han pensado en reconstruir con sus acordes un trocito de Haití. Bajo el lema, “Ojalá que llueva café” la música ha unido de nuevo a las personas para conseguir dinero para los que nada tienen. Y mirando hacia arriba como siempre, aquí en Europa pedos que no caigan cenizas para que la economía emerja de dónde está y acaso pedos que llueva café, en el campo.

Y unos chascarrillos para volar al lugar en donde otras personas viven a diario; a Luis Miguel se le ha infectado unos puntillos otra reconstrucción facial de esas que se hace de tarde en tarde y los seguidores del Barça viajarán a Milán en autobús en vista de que no hay quien despegue. Y que no falte el alirón. Si quieren ver una majadería del siglo XXI compren la apología de Franco en el Iphone. La aplicación se publicó el catorce de abril. Hace falta estar en paro o algo así para ser tan majadero…pero mientras vemos cómo unos se aburren, piensen cómo vamos a volar de nuevo. El Dr House acusa a la televisión de dañar su matronio y los príncipes de Asturias visitan la SER en plena Gran Vía centenaria. Sigamos mirando el cielo, a ver qué pasa.

 

Ana De Luis Otero

Periodista

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