Europa debe reducir sus diferencias en política sanitaria

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  • Hace justo un año el planeta se encontraba sumido en el desconcierto, llegaba una nueva pandemia: la gripe A. Coincidencia o no, el aniversario ha querido coincidir, valga la redundancia, con la Reunión Informal de los Ministros de Salud de la Unión Europea en Madrid.

     

     

     

    Este encuentro ha contado con la presencia con la Directora General de la Organización Mundial de la Salud Margaret Chan.

     

    El lema escogido ‘Hacia la equidad en salud: monitorización de los determinantes sociales de la salud y la reducción de las desigualdades en salud’ ponía de manifiesto el principal objetivo de este encuentro, encuadrado dentro de la Presidencia española de la Unión Europea. Los titulares de sanidad europeos han destacado la tancia de reducir las diferencias sociales en salud entre los países miembro. Una tarea de gran complejidad, dadas las diferencias tan significativas que existen. Claro ejemplo de ello son las cifras de esperanza de vida, que pueden llegar a oscilar hasta en 8 años para las mujeres y 14 para los hombres dependiendo del país. Todos se han comprometido a elaborar políticas más equitativas en todos los ámbitos de gobierno.

     

    Estas políticas estarán orientadas principalmente al acceso a los servicios de salud de los niños y las mujeres embarazadas, con independencia de su situación legal. Los Ministros han coincido en destacar que la atención sanitaria recibida durante los preros años de vida es el mejor seguro de futuro para este segmento de la población. También han estado de acuerdo en opinar que estas propuestas sólo serán una realidad si se destina más esfuerzo a la promoción de la salud, la atención praria y la prevención de enfermedades.

     

     

    Aunque como hemos recordado, hace un año que saltara la alarma los preros casos de Gripe A, la pandemia no ha dejado de ser noticia día tras día, incluso ‘post mortem’ como afirmó coloquialmente el Comisario de Sanidad y Consumo de la Unión Europea, John Dalli. Ahora es el momento de analizar si las medidas tomadas fueron las correctas y como puede mejorarse la coordinación ante futuras situaciones silares. Una Europa más cohesionada en este tipo de decisiones puede resultar clave.

     

    En breve plazo de tiempo, posiblemente todavía dentro de la Presidencia española de la UE, se aprobará la Directiva de Trasplante de órganos, en torno a la cuál han estando dando los últos coletazos. Al igual que han analizado los trabajos realizados sobre la Directiva para prevenir la falsificación de medicamentos y la Directiva de Farmacovigilancia. Pero sin duda la que más confusión ha levantado ha sido la realización de propuestas acerca de la Directiva sobre los derechos de los pacientes a la atención sanitaria transfronteriza. La complejidad de esta norma, debido a la gran cantidad de condiciones y situaciones que pueden presentarse, ha provocado que hasta la propia Ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jénez, haya tenido que repetir hasta en 3 ocasiones esas propuestas que breve plazo de tiempo presentarán formalmente. El consenso en esta cuestión ha sido complicado la postura de muchos países de exigir, al de origen del paciente, hacerse cargos de todos los gastos sanitarios fuera de sus fronteras.

     

     

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