TARDE DE TOROS

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Me he remirado varias veces la foto de la Maestranza en la que los tres Magistrados del Constitucional no pierden ripio, puro en mano, de la corrida de miuras. A su vera, uno de sus acompañante, el mayor de Los Morancos, jalea con fervor una de las verónicas de El Fundi. Los seis toros que fueron debidamente toreados, picados, banderilleados y muertos a estoque eran como los seis artículos menos españoles del Estatut de Catalunya que van a ser pronto modificados ese trío de Maestros que el otro día disfrutaban de la “Fiesta Nacional”. La carga semiótica que tenia tan honorable presencia, nace de la iniciativa que los catalanes hemos decidido tomar, para que en nuestra tierra los únicos que toreen a los astados sean las vacas, a poder ser “marelas” gallegas, para que la raza resultante sea genéticamente mas pura y con mas casta. Prepararse para lo que ha de venir, disfrutando de lo que menos gusta a quienes vamos a padecer la sentencia, es como míno, una frivolidad innecesaria, sobre todo, cuando estás en capilla y preparándote concienzudamente para elaborar un dictamen tan polémico, y como máxo, un acto de prepotencia intolerable que un funcionario publico tiene la obligación de evitar. Majolero, Segadito, Habilidoso, Macuco, Ramovido y Soberbio se han llevado al otro mundo el secreto mejor guardado de esa torde de toros, toreros, magistrados y humoristas. ¿Pagaron los miembros del Constitucional sus respectivas entradas como el resto de los aficionados que llenaban la catedral taurina sevillana o los invitó… la empresa?

 

Manuel Fernando González Iglesias

Editor y Director

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