Desde la grada: crónica de un viaje interminable

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El Atlético vivió anoche uno de los momentos más tantes de su historia, y con él todos aquellos que pudos estar en el sensacional estadio del Hamburgo, un escenario que no merecía el sainete montado a la lón entre las autoridades locales, aerotuarias y la UEFA.

 

A pesar de la ‘pesadilla volcánica’, lo cierto es que fue el caos el que más daño hizo al espectáculo: prero, en los vuelos de ida, para los que los aficionados tuvieron que sotar retrasos superiores a una hora; después, con la calamitosa actuación de la organización germana, que, preocupada atajar cualquier indicio de gresca, no dudó en utilizar la fuerza, algunas veces de manera absolutamente desprocionada. Personalmente, pude contemplar antes del partido cómo tres gorilas tumbaban a un pobre muchacho del Fulham, cuyo único delito fue estar lo suficientemente borracho como para no matar a una mosca, mientras que durante el juego cerca de una veintena de representantes de la autoridad se abalanzaron sobre un aficionado rojiblanco situado en el prer anfiteatro del estadio hanseático, sin terciar aparentemente provocación alguna.

 

 

 

 

Tras la victoria, tocaba volver al aeropuerto, un trayecto que no desmereció al ya mencionado caos organizativo, del que esta vez no se libraron ni las autoridades (‘atrapadas’ en una sala VIP a la espera de que llegara el avión que debía trasladarles de vuelta a Madrid), ni los periodistas (me comentaron que algunos compañeros de Cuatro tenían que salir a partir de las 9,00 de la mañana de hoy…). Los demás, como podéis ver en este video, tuvos que peregrinar durante aproxadamente otras dos horas entre controles de seguridad y demás terquedades germanas, con la incertidumbre de saber si nuestros vuelos saldrían a tiempo (de hecho, según datos de la agencia EFE, apenas 3 de los 17 vuelos previstos para salir hacia Barajas entre la 1 y las 4 de la mañana pudieron hacerlo, lo que debo considerarme bastante afortunado andar ya la capital de España).

 

Sin embargo, y a pesar de todas las dificultades, lo cierto es que el partido de ayer fue una fiel muestra de lo que los madrileños (sobretodo si somos del Atleti) somos capaces de hacer.

 

Pablo Sammarco

Periodista y Abonado del Atlético de Madrid

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