El sábado Madrid se convirtió en la capital de fútbol europeo. Más allá de la confrontación futbolística entre el Bayern de Munich y del Inter de Milán, la emoción de la UEFA Champions League se vivió en las calles de Madrid, Heineken llevó hasta la céntrica plaza de Conde de Barajas su particular celebración del encuentro.
Al tiempo que los ganadores se preparaban para ver la final en el salón, justo debajo de su balcón, una nueva iniciativa estaba a punto de volver a sorprenderles. Perfectamente sincronizados con lo que ocurría en el piso y con la señal de televisión del encuentro, más de 400 personas se disponían a ofrecer un nuevo espectáculo exclusivo.
Pocos minutos antes de iniciarse el encuentro, y segundos antes de iniciarse el hno de la Champions los altavoces del Santiago Bernabéu, la señal de televisión se interrumpió en el piso y, ante el asombro de los ganadores, comenzaron a oírse en la plaza los preros acordes del hno de la UEFA interpretada en directo más de 200 voces pertenecientes al Coro Matritum Cantat y la orquesta Camerata del Prado. Finalizada la interpretación y en menos de dos minutos, músicos y extras se dispersaron entre el público de la plaza. Los ganadores volvieron al salón, justo en el momento en que se ‘recuperaba’ la señal de televisión que daba inicio a la gran final del fútbol europeo.