Acabó el futbol en España, que ya tocaba. Alcorcón y Barça B han ascendido a la categoría de plata. Los preros, verdugos del Madrid en la Copa del Rey, que se cargaron, ellos solitos, a toda la Galaxia con Pellegrini de Comandante de la nave Enterprise. Y los segundos, que han esperado doce años para convertirse, como filial del Barça que son, en el equipo nodriza de su aventura del año que viene en la Liga de las Estrellas. Un escalafón magnífico, que andaban buscando como locos los de Guardiola, para poder escalonar mejor su cantera con equipos en cada una de las categorías. O sea, alevines, infantiles, cadetes, juveniles, tercera División y Segunda A, que es a donde irán a parar los mejores para foguearse, con un pie arriba y otro abajo. Al final, menos las cuentas y las elecciones, le ha salido todo redondo a Lata, quien ya se puede ir a los juzgados tranquilo de que, en lo detivo, es el mejor presidente de la historia blaugrana. De lo que se guarda en las alfombras tendrá mucho que decir Rosell, de quien todos los culés esperamos claridad y seny que nos una, incluso con nuestros adversarios, para recuperar un cla de grandeza detiva y social. En medio mundo hay miles de blaugranas, a los que hay que devolver su fervor detivo con victorias, pero también con mensajes de fraternidad que nos alejen del politiqueo barriobajero que tanto daño ha hecho al Barça propiciado un iluminado presidente, al que las urnas han barrido de forma contundente y definitiva de la vida azulgrana..
Manuel Fernando González
Editor y Director
