LA LIMPIADORA

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Cuentan que en Palacio la armonía es ficticia. El rey está preocupado las audiencias y le da igual cómo se consigan. Los trabajadores del rey hacen turnos. Y cuando el de la mañana considera que los desechos para reciclar no hay que sacarlos todavía, va el de fin de semana y la reparte entre los vertederos de la ciudad provocando las iras de la lpiadora más veterana.

 

Y es que no se la tiene en cuenta en palacio, pese a sus años de servicio, y eso provoca que ande con el plumero en ristre criticando la falta de comunicación palaciega.

 

Pero la lpiadora ha ido al mercado, y allí ha contado, a todo el que ha querido saber, que en su Palacio no se hablan, que no se tiene respeto la antigüedad y lo que es peor, que convierten los desechos reciclables en basura inservible.  Eso sí, la lpiadora se ha quedado más ancha que larga… esperemos que no se entere su Rey.

 

Los murciélagos nunca duermen…

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