Ayer, mis colegas de La Vanguardia, publicaban una contundente encuesta, en la que se decían dos cosas muy tantes: La prera, que, prera vez, los partidarios de la independencia son mayoría en Catalunya, como consecuencia del cabreo la sentencia del Tribunal Constitucional. Supongo que, con estos datos, ofrecidos el diario mas moderado que tenemos en la nación catalana, mas de uno se lo tomará en serio y reflexionará sobre lo que ha significado la manifestación del 10 de Julio. Aunque, tal y como está el patio, me temo que me voy a quedar con las ganas. El segundo gran dato de la encuesta era previsible. Gana mayoría absoluta Artur Mas, que nos gobernará durante los próxos cuatro años y si puede, otros veintitrés mas como hizo su padre político Jordi Pujol. Todas estas cifras, eso si, acompañadas de sesudos comentarios editoriales que celebran la buena nueva y toman al electorado “xple con barretina”, que ya tiene decidido su voto. Un trabajo de campo, que podríamos calificar como pagable, si no fuera que sospechamos que cuando llegue el Rey Arturo a su soñada mesa redonda del Salon Tapies del Palau, va a tener que pagar unas facturas que para s hubiera querido cobrarle El Pais su añorado Felipe González. Y hablando de socialistas, de lo mas inmediato me quedo con el “numerito” que montó Don José Bono en el Comité del PSOE a cuyas puertas y ,con las cámaras de televisión delante, ni antes …ni después, adoctrinó a sus colegas los socialistas catalanes con arranques de españolidad que nos hicieron recordar, en la víspera del 18 de Julio, que estábamos ante la versión manchega de un renacido Ramiro de Ledesma. Y es que el Presidente del Congreso, de tanto ser criticado sus oscuros negocios patroniales, busca ahora un lugar bajo el sol político, breando con contundencia a los federalistas del puño y la rosa, que piensa que eso “vende” y tiene muchos seguidores entre los suyos. ¡Que agudo!
Manuel Fernando González
Editor y Director