Hoy todo el mundo habla bien de Raul. Especialmente los socios del Real Madrid, que no querrían ver marchar de su club a un jugador que era su seña de identidad y hacía guardar silencio a los aficionados del Nou Camp con sus goles de campeón. Como uno es culé y catalan, nadie tendrá duda de que lo que escriba sobre este gran rival, suene a peloteo o a suma y sigue de la tendencia editorial de la jornada. No me gusta que Don Raul González se haya ido del futbol español y menos, del equipo con el que cada año nos jugamos la liga y todo lo que se dispute en Europa. Sus goles y los Cristiano Ronaldo, no son lo mismo, no saben igual. Es, como si te pusieran en la mesa del restaurante un “lechazo de Castilla” o un Bacalhau à Brás de Lisboa y te dieran a elegir. Uno y otro, están muy bien, pero mi pituitaria y mi estómago me dicen, que con el prero de los platos me voy a poner las botas, y con el segundo, puedo comer bien cualquier otro día de la semana. Por eso, y que cuando cogía la pelota en el área aquello olía a gol o a genialidad manifiesta, me sabe muy mal que el fariseo de Florentino, se lo haya sacado de enca y que el amigo Mourinho se de ahora golpes de contricción. ¿ Y este genio del balon quiere entrenar al Manchester cuando se vaya del Bernabeu? ¿Que hará entonces con Ryan Giggs? ¿Le dirá que es vaya también al futbol alemán?. En fin, que la marcha de Raul me da mucha pena y que ojala le sigan pronto los que le han obligado a irse de su propia casa.
Manuel Fernando González
Editor y Director